El fenómeno se sintetiza con la letra "P". Premium, práctico, placentero, pero poco económico. Así es el turismo antiestrés que desde hace menos de diez años se instaló y creció a pocos kilómetros de Rosario. Hoteles boutiques con spa, complejos a la vera del río y cabañas en medio de arboledas añosas: entre las plazas habilitadas y las proyectadas ya se cuentan 650; una oferta para desenchufarse que por ahora abastece al mercado interno y comienza a seducir también al turismo internacional…(En Arroyo Seco, Punta Mansa hace honor a su nombre. Foto: C. Mutti Lovera)
La opción no sólo es elegida por empresarios y profesionales que quieren relax a pesar de llevarse a cuestas laptops y celulares. Los dueños de estos complejos sostienen que también concurren quienes "por la inseguridad o los cortes en las rutas y los puentes a Uruguay" hace rato abandonaron los quince días de vacaciones en las sierras o en el mar, y los cambiaron por un fin de semana "en el paraíso más cercano al propio hogar".
Desde el Ente Turístico Rosario (Etur), Adriana Giromini asegura que "hace poco tiempo comenzó a incorporarse y aceptarse esta oferta entre la gente que llega a Rosario. Muchos turistas de provincias vecinas y también varios extranjeros se acercan a preguntar por estos productos que garantizan descanso al organismo y al espíritu".
La movida crece de a poco y en muchos casos valiéndose de la mejor de las publicidades: "el boca a boca". Así lo aseguran Sabrina Wissler y Pablo Quintana, la pareja que está al frente de Punta Mansa Lodge y Spa. El emprendimiento de 55 plazas comenzó a construirse hace siete años sobre el río, a 35 kilómetros al sur de Rosario, en Arroyo Seco, pero recibe visitantes desde hace apenas unos meses.
"Esta es una experiencia para vivificar los sentidos", sostiene Sabrina, y no miente. Al lugar se puede llegar por tierra (haciendo un relajado y campestre camino de 2 kilómetros desde la vieja ruta 9) y por el Paraná. Es inevitable no detenerse en el spa (abierto al público e independiente del hotel) con pileta climatizada a 32 grados, jacuzzi y distintos boxes para masajes y relajación, aparte de las duchas. Hay un amarradero para embarcaciones de hasta 35 pies y un malacate (transportador de lanchas). Un jardín es la antesala de dos plantas con 16 departamentos que dan al río, totalmente equipados con vajilla. Y se ofrece un balcon terraza de 800 metros cuadrados de deck de madera con pileta, donde ver nacer y ponerse el sol es "un regalo de la casa", ironizan los dueños.
El precio por noche y por persona es de 249 pesos, lo que incluye media pensión, sesión de sauna y baño finlandés. "En este lugar se cierran los mejores negocios", garantiza Pablo, mientras muestra un salón para reuniones empresariales para 90 personas con wi-fi, sonido Dolby y también vista al río. Algo que tampoco falta en su restaurante de líneas minimalistas, con cocina gourmet, especializada en pescados, pero también con picadas y carta de vinos boutique.
Girando la brújula hacia el norte de Rosario, en Maciel (ruta 11 kilómetro 363) y sobre el Carcarañá, se levanta Carcaraes (una voz de los indios cará cará de la zona); 25 manzanas con arboleda de unos 70 años donde se disponen 120 plazas repartidas entre cabañas con vista al río, un lago, dos piletas abiertas y una climatizada, y un hotel de campo con spa que supo ser una casa de descanso de los monjes dehonianos.
Un lugar para la paz pero también para realizar cabalgatas, paseos en lancha y en bicicleta, y para pescar. Para quien no quiera trabajar de más, cuenta con personal que organiza hasta fogones a pedido. "Este no es un espacio ni para la Play Station, ni para la corbata", lanza Diego Fantín, dando una síntesis justa de cómo entregarse por entero allí. Para alojarse en el hotel, en base doble, hay que pagar desde 475 pesos; las cabañas en cambio ascienden a 525 con desayuno y servicios incluidos. La clientela es VIP, un 20 por ciento de Buenos Aires, pero también llega de Córdoba, Mendoza y San Juan.
Verdaderos paraísos. Para quienes les gusta la vida de campo, Las Coloradas es una excelente oferta en Oliveros, a sólo 80 metros del río Carcarañá (calle San Juan s/n). Son tres cabañas bermellón, con un total de 18 plazas, totalmente equipadas, con hogar a leña, parrillas individuales, piscina, solarium, muelle de pesca y balcón al río. Desde el viernes a las 16 hasta el domingo a las 20 se abonan 450 pesos por cabaña, para unas 4 personas (lo que incluye ropa de cama, desayuno y servicio de limpieza). No tiene spa, pero se puede andar en bicicleta, jugar al voley o literalmente desconectarse del mundanal ruido.
En Funes se levantan las 13 cabañas de Tra Noi (entre nosotros, en italiano). Es un apart hotel de 58 plazas con un spa con las más modernas ofertas en estética, duchas y masajes (fangoterapia y chocolaterapia), cancha de tenis, cine, pileta climatizada, espacio empresarial y tres salones para fiestas y convenciones. Pero además, Tra Noi ofrece actividad turística como circuitos de compras y visita a las islas. Por la noche, hay opciones en base doble desde 230 pesos.
"Bringas Saurit, hotel boutique, buenas tardes, habla Paola". Como un susurro se escucha a la recepcionista de este hotel de 12 habitaciones ubicado a 23 kilómetros al norte de Rosario, en Ricardone. Su dueña, Zulema Bringas (apellido vasco que acompaña al catalán Saurit) anuncia el proyecto de un spa para "dentro de muy poco tiempo". Hasta esta localidad se llegan empresarios y turistas, de Rosario, Córdoba y Buenos Aires a descansar en un parque "glorioso, con un laurel centenario", según dice su dueña. Aparte tiene pileta y jacuzzi climatizado, y también se puede gozar de una cocina casera. Se ofrece una single de 152 pesos por día con desayuno y buffet.
En Firmat la joyita es el spa Melin Kien (en mapuche son los cuatro estadíos de la luna), en conexión con el hotel Posta de Juárez. A cien kilómetros al sur de Rosario la gente puede hospedarse con el nivel de cinco estrellas. Yoga en el agua, aqua gym, sauna, duchas, pilates y vinoterapia, son algunas de las posibilidades en este rincón santafesino. La base doble (hotel-spa) va desde los 590 pesos, pero tambien se puede optar por un circuito de spa, por 300.
"Será como Cariló". Así anticipa Gustavo Giampani la propuesta de Campo Timbó, la iniciativa de 160 plazas hoteleras con spa y 40 cabañas que se levantará en 200 hectáreas de Timbúes (a 30 kilómetros de Rosario) en poco menos de un año. El lugar se planificó como un country, pero al encontrarse termas en el predio comenzó a concebirse un proyecto más ambicioso y VIP que apuntará al turismo internacional y no se irá en chiquitas: entre otras cosas tendrá una cancha de golf de 18 hoyos.
También en Timbúes, La Olla, ofrece 45 plazas de cabañas, un club house (desde donde se puede desayunar mirando el río), spa y muelle para pesca en el Carcarañá. Familias y parejas optan por esta alternativa por su servicio personalizado de baños con sales y minerales con efectos termales. Su titular, Adriana Torres, se enorgullece de ofrecer el típico servicio "atendido por sus dueños". Cuesta por una cabaña para dos personas durante un fin de semanas a partir de 300 pesos.
Y un tercer lugar en la misma localidad es Rincón de Timbúes, cabañas diseñadas por dos amigos que supieron vivir y trabajar en Bariloche. Jorge Cañete describe el lugar como un "bosque de siempreverdes, único". Tres días y dos noches para cuatro personas cuestan 450 pesos, en cabañas con parrillero, equipadísimas.
Fuente: Suplemento Diario La Capital