Nadie vuelve cuatro veces al mismo lugar, salvo que la pase muy bien. Esto parece que ocurrió con muchos pescadores, pues se viene la 5ª Fiesta del Pescador Embarcado en Villa Constitución. Será el 9 de noviembre y también para los amantes del mini turismo pueden recorrer la zona con visitas guiadas, para mas info…
pueden dirigirse a la Municipalidad de Villa Constitución :Dirección de Recreación, Tiempo Libre y Miniturismo San Martín 1218 1º Piso. Tel: 03400-474609 int. 225 Mail: miniturismo@villaconstitucion.gov.ar
Historia Oficial de un lugar singular
Las primeras culturas de la "pampa húmeda" pueden remontarse a unos 10.000 años a.C., se trata de cazadores de guanacos y venados de las pampas, sus herederos, los querandíes quienes habitaban nuestra región a la llegada de los españoles. En las islas vivían los chaná-timbú, pueblos canoeros, cazadores, recolectores y, sobre todo, pescadores. Se asentaban sobre arroyos y ríos y construían sus viviendas sobre albardones para protegerse de las inundaciones: son los famosos "cerritos", sitios arqueológicos ricos en tiestos cerámicos pertenecientes a la tradición cultural Goya-Malabrigo o de los ribereños plásticos. En las islas frente a Villa Constitución se encuentran numerosos cerritos, cuya prospección ha iniciado nuestro Museo.
Compartiendo el hábitat con los chaná-timbú se encontraban los guaraníes, quienes extendieron la horticultura en la región déltica. Su dieta se completaba con los productos de la pesca, la caza y la recolección. Los tiestos de cerámica corrugada que se conservan en el Museo “Santiago Lischetti” son testimonio de su paso por nuestras islas en busca de la "Tierra sin Mal".
El español llega al Río Paraná en el siglo XVI (Gaboto funda el fuerte de Sancti Spíritu en 1520 a 80 km. de Villa Constitución, y la ciudad de Santa Fe es fundada en 1573). Nuestra región será atravesada por las carretas y arreos de ganado vacuno y mular en la ruta Buenos Aires-Potosí durante todo el período colonial. Postas y hombres en tránsito, como así algunos indios, serán quienes ocuparán efectivamente este espacio, dado en merced a los Fernández Montiel en el siglo XVII y, transmitido en 1720 a Ugarte, conociéndosele a partir de este momento como "la merced de Ugarte". En el siglo XVIII la región, que ya se nombra como Pago de los Arroyos, se extiende desde el Arroyo de las Hermanas (hoy Arroyo Ramallo) hasta el río Carcarañá y con frente sobre el río Paraná y seis leguas de fondo. Zona de explotación de ganado vacuno y luego lanar (hasta los tiempos de la fundación del pueblo).
Hacia 1855 Argentina no era un estado unificado; las diferencias entre la Confederación y Buenos Aires eran notorias. Esta controlaba la principal riqueza estatal que una provincia podía disponer: la aduana. Por otro lado, desde Paraná, la capital de la Confederación Argentina, se proponía la modernización de la economía y la unidad del país. Entre otros proyectos se pensaba en extender el trazado ferroviario. Cuando se habló en Rosario de que habría de tenderse el camino de acero a Córdoba, un grupo de hombres de empresa de esa ciudad, enterados del convenio firmado entre las autoridades argentinas y un ciudadano inglés, pensaron en la importancia económica y estratégica que tendría la fundación de un pueblo a la vera del Paraná, próximo a la red ferroviaria. El gobierno de Santa Fe autorizó la formación de este pueblo en el límite entre la Confederación y Buenos Aires, en una lonja de 20 cuadras de frente al río Paraná y otras tantas de fondo, limitados al norte por el arroyo Pavón y al sur por el arroyo del Medio.
El 18 de julio de 1857 se formaliza el contrato entre los empresarios y los donantes de los terrenos. El 14 de febrero de 1858, los habitantes de las dos casas y noventa y cuatro ranchos que componían la población del "Puerto de las Piedras", se reunieron con motivo de la fundación del pueblo, recibieron al gobernador de la provincia, don Juan Pablo López, quien colocó la piedra fundamental, nombrándonos Villa Constitución en homenaje a nuestra Carta Magna dictada en 1853.
Tanto la fundación como la posterior evolución del pueblo estuvieron estrechamente ligadas a su ventajosa situación topográfica dentro del Litoral argentino: con clima templado húmedo, la fertilidad del suelo, bañado por los arroyos Pavón y del Medio, las aguas profundas y tranquilas del Paraná y sus altas barrancas, facilitaron la instalación de puertos y luego el asentamiento de grandes industrias.
En 1890, al habilitarse el Puerto de Ultramar y la línea del Ferrocarril Central Argentino Villa Constitución-San Urbano, que nos une con el área cerealera circundante, se inicia una etapa de crecimiento económico.
A partir de este momento nuestra historia gira en torno a la actividad ferroportuaria, estrechamente ligada al hinterland cerealero. La actividad portuaria está centrada en el comercio de exportación-importación: se exportaba trigo, maíz y lino (por ese entonces la Argentina era el “granero del mundo”). Y se importaba carbón (desde Inglaterra) y, en menor medida, locomotoras y artículos de consumo para abastecer al personal inglés y al servicio de pasajeros del ferrocarril.
En 1944 se inaugura el Elevador Terminal de Granos, siendo el nuestro uno de los puertos exportadores de granos más importantes del país.
Hacia 1945 la ciudad ofrece una infraestructura portuaria, ferroviaria y caminera que la vincula fácilmente con el mercado nacional e internacional, factor determinante para el establecimiento de grandes centros fabriles, iniciando la serie de radicaciones la empresa CILSA (Compañía Industrial Lanera), más tarde ACINDAR (Aceros Industria Argentina), la fábrica de aceites vegetales y una serie de talleres metalúrgicos y pequeñas industrias destinadas a abastecer a las grandes fábricas y a una población que se ha duplicado en el período 1947-1960, confiriéndole a Villa Constitución características urbanas que le permiten acceder al rango de ciudad en el año 1950.
Según el Censo 1991, la población es de 41.388 habitantes, distribuida en 11840 viviendas, que originariamente se concentraban en torno al ferrocarril y el puerto, y que ya en 1950 se extienden hacia el sur, en los alrededores de la zona industrial. Este ciclo de asentamiento y crecimiento demográfico, llevó a la ciudad a extenderse en forma dispersa y con localizaciones aisladas de baja densidad, a lo largo de la margen derecha del río Paraná y de la Ruta Nacional N° 9.
Se va conformando una sociedad distinta, junto al secundario, crece el sector terciario, y lenta pero progresivamente la gran masa de obreros se organiza. Las relaciones que comienzan en la fábrica se proyectan al barrio, al club y al sindicato. Gremios combativos y combatidos lideran procesos de cambio en la década de 1970, rescatados permanentemente por la memoria colectiva no solo de este pueblo sino por la historia de las luchas obreras nacionales. Esto le ha dado a la ciudad un perfil particular dentro de lo que se denominó el cordón industrial del Paraná.
Fuente y fotos portal de la Municipalidad de Villa constitución