El cuidado extremo de cada detalle en el camping Estancia El Carmen parece un digno homenaje al ilustre propietario original de este reparo junto a la playa de Santa Teresita. Las 14 ha parceladas eran parte de un extenso páramo de dunas, donde el médico franco-argentino Luis Federico Leloir -Premio Nobel de Química en 1970- había establecido su casa de veraneo…
Ese nombre de relevancia en el campo científico impulsó a Pablo Domínguez a transformar el terreno a merced de los vientos y el mar sin obstáculos en un vistoso complejo turístico, donde cada sector está prolijamente delimitado por calles y senderos.
La primera muestra de empatía con la historia del lugar fue la recuperación de la derruida casa principal, un señorial chalé de madera al que se accede por una escalinata de piedra, prefabricado en Francia. El actual dueño también consiguió salvar el piso de pinotea y equipó la finca reciclada (transformada en restaurante) con mesas y sillas de pino fabricadas por él mismo.
La Nona -abuela del chef Nicolás Pieroni y esposa de uno de los fundadores del balneario- aporta su especialidad para afirmar el rótulo de "primera categoría" que ostenta el camping: sorrentinos con muzzarella, jamón y ricota a la salsa bolognesa. No queda más remedio que compartir este desmesurado plato casero.
Buenos sabores y playa
Las exquisiteces de la cocinera son una razón primordial para que turistas de paso decidan cambiar una noche de hospedaje a las apuradas por varios días de comida como en casa, tranquilidad y recreación. Descubren que la galería exterior del restaurante es un lugar inigualable para desayunar, almorzar o cenar acariciados por la brisa del mar. Es apenas la antesala: la playa espera frente a sus narices, con una franja de 500 metros de ancho desplegada del otro lado de un cerco, a veinte pasos del comedor, un arenero con juegos infantiles y una cancha de vóley playero.
Son las 9 y media y se escucha el repiqueteo de los primeros golpes sobre el deck de madera erigido como un palco de cara al mar. El equipo de Recreación acaba de iniciar la sesión de Estiramiento y Relajación con una decena de acampantes madrugadores. Desde ahora hasta la caída del sol no habrá descanso para los profesores, aunque las actividades se suceden en una atmósfera de bromas y poca exigencia, que cautiva a familias enteras.
De 10 a 12 y a las 3 de la tarde habrá juegos con los chicos en el camping; a las 11 será el turno de las competencias diseñadas para adultos en la playa; a la misma hora se puede optar por clases de aquagym y baile latino en una piscina cubierta climatizada. El programa sigue a la tarde con torneos de vóley, tejo y penales, más juegos sin distinción de edad, campeonatos de truco, metegol y ping pong, talleres de teatro, circo y baile y, como para no quedar insatisfechos, caminata hasta Santa Teresita o Las Toninas.
Esta vez, los huéspedes -que acuden entre bostezos desde carpas y casas rodantes, salen disparados de bungalows y habitaciones de madera y bajan impecables desde imponentes motorhomes- meditan largamente antes de sumarse a la rutina que les proponen los instructores. Son muchos los que no quieren perderse un picado en la cancha de fútbol 5 anunciado de boca en boca, el irrenunciable rato diario de ocio en la playa ni la osada afrenta de Johnatan, un avezado experto en sandboard de 8 años, que desafía a todo el que se le cruza a largarse con la tabla desde la parte más alta de los médanos.
Artistas improvisados
"El mayor desafío me toca a mí, que los agarro a todos agotados a la noche y, antes de que empiecen a bostezar, los tengo que divertir", acepta el reto Gustavo "El cordobés". Dos veces a la semana, este carismático artista a la gorra anima "La noche del acampante", metido de lleno en los personajes de los frustrados superhéroes Superami y El Oso. Comparte el escenario de un salón para 500 personas con acampantes, que ensayan sketches con profesores de danza y teatro dotados de paciencia a toda prueba.
Si bien las noches transcurren aquí animadas, el predominante componente familiar no da lugar a gritos ni ruidos desmesurados. A prudente distancia de las luces del quincho principal, bajo el resoplido de los álamos, otros arman su propia fiesta alrededor del fogón de la parcela, tenuemente iluminados por las estrellas y el farol a gas. La consigna -que rige rigurosamente para todos- es pasarla bien, sin invadir
Un fenómeno en Europa y EE.UU.
Lejos de asociarse con la improvisación, los campings con mejor infraestructura y servicios más variados atraen a un creciente nicho de alto poder adquisitivo, sin dejar de lado su perfil familiar y accesible al bolsillo medio. Los campings modernos -más afianzados en EE.UU. y Europa- cuentan con amplios salones de eventos, en los que se celebran casamientos, fiestas familiares y reuniones empresariales.
Hoy en día, algunos visitantes de los campings ostentan motorhomes muy bien equipadas, lujosas 4×4 o bicicletas sofisticadas y despliegan enormes carpas con alero y comedor. El turista vip suele tener conciencia ecológica y espera recibir comodidades y placeres, como platos elaborados, pesca con mosca, vino de marca, servicio de Internet, bajada de lanchas y lavarropa.
A ese público exigente también se adaptó el equipamiento. Las casas especializadas venden desde carpas hasta baño portátil químico, colchón inflable, colchoneta aislante, inflador, camarín individual, ducha solar y bolso de higiene.
Campings top de la Argentina
Petunia (Bariloche, Río Negro). En un bosque cercano a Llao Llao, a orillas del lago Nahuel Huapi (www.campingpetunia.com).
Ayúm Elún (San Rafael, Mendoza). Cuenta con personal bilingüe y se especializa en actividades náuticas (www.ayumelun.com).
El Griego (Mar del Plata). Ofrece piscinas olímpica, infantil y para bebés, lockers, médicos y vigilancia las 24 horas (www.elgriego.com.ar).
Viejo Americano (Iguazú, Misiones). Un lujo en medio de la selva, con 17 hectáreas de parque, Internet, cabañas y guardería de equipaje (www.complejoamericano.com.ar).
Americano (Monte Hermoso). Tiene spa, bungalows, dormies, cabañas, microcine y cyber (www.campin gamericano.com.ar).
Ina Lauquen (El Cóndor, Río Negro). Bajada de lancha, Internet, lavandería, deportes náuticos, juegos infantiles y pesca abundante (www.ina lauquen.alojar.com.ar).
El Abuelo Daniel (Cholila, Chubut). Chacra con huerta orgánica junto al río Carreleufú, paraíso de pesca de truchas (02944- 15632034).
Playa Catritre (San Martín de los Andes, Neuquén). Muy pulcro y ordenado, junto al lago Lácar, en un bosque de robles y cipreses (grandoda chule@smandes.com.ar).
El 44 (Capilla del Monte, Córdoba). Más de 20 actividades recreativas, en un parque de 220 ha al pie del cerro Uritorco (www.el44.com.ar).
Ñandubaysal (Gualeguaychú, Entre Ríos). Sector vip y común, balneario, pub en la playa y propuestas nocturnas (www.nandubaysal.com.ar).
Río Quequén (Necochea). Piscina, pesca y actividades náuticas (www.cabaniasrioquiequen.com.ar).
Fuente: Suplemento Diario Clarín/Cristian Sirouyan.
csirouyan@clarin.com