Chile: IV region / Cuestión de peso… más barato

Las playas chilenas vuelven a seducir.La diferencia cambiaria mantenía alejados a los argentinos de clásicos como La Serena y Coquimbo. Pero ahora regresan en busca de sol, olas y mariscos…

LA SERENA.- Pocos minutos bastan para darse cuenta de que La Serena es uno de los lugares predilectos de los argentinos más próximos. Las patentes de fondo negro son más numerosas por la avenida del Mar, que bordea la playa a lo largo de varios kilómetros. Y el acento característico de mendocinos y sanjuaninos se escucha prácticamente a cada paso. Es que el cambio es más favorable este verano que años anteriores. A la inflación argentina se le suma la reciente devaluación del peso chileno, situación que entusiasma a más de uno a volver a casa con vestuario renovado o algún aparato electrónico.

Para los que viajan en auto, dos opciones son las más populares. El paso Cristo Redentor, por Mendoza, es uno de los más altos entre ambos países (3185 metros) y seguramente uno de los más espectaculares. Antes del cruce se puede visitar el Puente del Inca, una formación natural de colores ocre y amarillo que se levanta sobre el río Cuevas y sobre la cual circulan varias leyendas quechua.

Un poco más adelante está la entrada al Parque Provincial Aconcagua, desde donde hay un hermoso mirador al cerro. Una vez en Chile, son unos 500 kilómetros hasta La Serena, la gran mayoría por la autopista 5 norte, en perfecto estado.

La otra opción es el Paso de Agua Negra, por San Juan, a 4779 metros de altura. Tras el cruce siguen 240 kilómetros hasta La Serena, por la ruta 41 que atraviesa el valle del Elqui.

Playas y delicias de mar

La Serena es la segunda ciudad más antigua de Chile. Fue fundada en 1544 y refundada en 1549, después de que malones de indígenas incendiaran el primer asentamiento. Sufrió el ataque de los corsarios en los siglos siguientes y un terremoto prácticamente la destruyó en 1730. Sin embargo, hoy en día es considerada una excepción en el estilo arquitectónico del país.

En la década del 40, el entonces presidente Gabriel González Videla, oriundo de esta localidad, impulsó el Plan Serena, con el cual se restauraron numerosos edificios coloniales y se construyeron otros en sintonía. Vale la pena visitar la Plaza de Armas, donde se refundó la ciudad, la catedral, el Tribunal de Justicia y la iglesia Santo Domingo.

La geografía de La Serena y sus alrededores ofrece una buena variedad de playas: algunas, emplazadas en bahías, ideales para los que disfrutan del nado, como La Herradura, Playa Blanca o Tongoy. La de Totoralillo, en cambio, está en una pequeña península rocosa y es popular entre los surfistas. La extensa playa que recorre la avenida del Mar es una de las más visitadas por los argentinos, a pasos de los departamentos de alquiler.

Los vendedores ambulantes abundan en la playa: "Pan de nataaa", "frescas las palmeras", "helados", los cantos se escuchan una y otra vez en el transcurso del día, y al poco tiempo pasan a formar parte del paisaje habitual.

Diez kilómetros más al Sur por la avenida del Mar, que pasa a llamarse de la Costanera, está la capital de la IV Región, Coquimbo, que según algunos significa "lugar de aguas tranquilas" en lengua indígena, aunque el origen etimológico del nombre es muy controvertido.

A pocos minutos de ingresar en la ciudad se llega al puerto pesquero y al mercado, que bien valen una visita. El aroma que invade la playa de estacionamiento indica sin dudas que estamos en zona pesquera. El puerto es bastante pintoresco. Una gran cantidad de pequeñas embarcaciones pesqueras amarillas y azules, cada una con una banderita chilena colgada de mástiles improvisados, descansan hasta la próxima travesía. Hasta aquí se acercan lobos marinos, gaviotas y pelícanos en busca de alimento que algunos pescadores arrojan al mar.

Dentro del mercado, de ambiente bien popular, la diversidad de pescados y mariscos es impresionante: locos, machas (variedad de almeja), choritos (mejillones), ostiones (especie de ostra), jaibas (patas de cangrejo), calamares, atún, albacora (pez espada), reineta, salmón, corvina? La lista está lejos de ser exhaustiva. En los puestos venden cebiche de pescados y mariscos.

Otra opción más aséptica, aunque más cara, para adquirir productos de mar son los grandes supermercados, donde hasta reparten recetas para prepararlos. Las "machas a la parmesana", con manteca, vino blanco, limón y queso, son un verdadero deleite para los sentidos. Además son económicas (700 pesos chilenos el kilo, poco más de un dólar).

Los dos monumentos más vistosos de la ciudad, por el lugar en el que fueron emplazados y por su tamaño, son religiosos. La Cruz del Tercer Milenio mide 93 metros y fue inaugurada en el año 2000. Desde el último piso hay un buen panorama de la bahía Coquimbo. La mezquita Mohammed VI, por otro lado, tiene un minarete de 36 metros de altura, que es réplica de la mezquita Kutubia de Marrakech, en Marruecos.

De noche, el lugar de onda es el barrio inglés, que cinco años atrás funcionaba como el barrio rojo de la ciudad. Hoy en día está repleto de restaurantes, bares y discotecas con música en vivo y constituye la zona más bonita de Coquimbo, con casas señoriales del siglo XIX color pastel, hermosas puertas de pino oregón y varias estatuas de personas a escala real en los frentes de algunas fachadas.

Un valle, por si se nubla

Saliendo de La Serena hacia la Cordillera se extiende el valle del Elqui, una muy buena opción para alternar con los días de playa. En el camino, la primera curiosidad son los locales de venta de papaya que se cultivan en la zona, y con la cual se hace jugo, bombones, turrones y mermeladas.

Por momentos, el paisaje recuerda al noroeste argentino, árido y con cactus en las laderas de las montañas. Estos colores contrastan con el verde del valle, regado por el río Elqui. A los bordes de la ruta, los vastos viñedos que acompañan a los viajantes durante kilómetros y kilómetros son prueba de la importancia de la producción vitivinícola chilena, entre las diez primeras del mundo.

En el kilómetro 41 está el acceso al embalse Puclaro, donde hay un mirador. A juzgar por la cantidad, parece un buen lugar para la práctica del kitesurf. Unos 20 kilómetros después está Vicuña, ciudad natal de Gabriela Mistral, premio Nobel de Literatura en 1945. Así lo recuerdan su casa transformada en museo, la calle principal del pueblo y una escultura de ella en la entrada este de la ciudad.

Alrededor de la Plaza de Armas hay una feria con artesanías y productos de la zona: trabajos en vidrio, piedras semipreciosas, gran variedad de cactus y souvenirs que incluyen pequeñas botellas de pisco. Por la noche, en la plaza se concentran grupos de jóvenes a bailar y hacer piruetas al ritmo de la música. Y a unos metros está el punto de encuentro para realizar un tour astronómico por el observatorio del cerro Mamalluca, el primero de carácter turístico de la región.

En Vicuña está la planta de producción del pisco Capel. Allí se ofrece una visita guiada en la que se aprende sobre el proceso de producción y la historia de este aguardiente. Es un aperitivo muy popular en Chile y suele servirse con gaseosa -Piscola- o con limón, azúcar y clara de huevo -Pisco Sour.

Más adelante por la ruta 41 pueden visitarse otras fábricas como Mistral y Tres Erres. Cada recorrido finaliza con la degustación de variedades de piscos y tragos, por lo que es aconsejable, si se va en auto, prever tiempo para dormir una siestita antes de continuar viaje.

Frente a Vicuña sobre la misma ruta está Villa Seca, pequeño pueblo conocido por sus hornos solares. Una de las hermanas Rojas, Marta, cuenta que años atrás la Universidad de Chile puso en marcha un proyecto para fabricar e instruir a los pobladores a utilizar hornos solares, como alternativa ecológica a la costosa leña. Las hermanas convirtieron éste en su modo de vida y en la actualidad tienen un restaurante y han diseñado nuevos hornos. La especialidad es el cabro a la cacerola, que según Marta sale muy bien gracias a la cocción lenta característica, con los hornos a la vista.

Fuente:Ana Pedrazzini
Para LA NACION

Datos útiles
Cómo llegar:

En auto, los pasos más cercanos son el Cristo Redentor, Mendoza, el de Agua Negra, por San Juan. Una vez en Chile son unos 500 y 240 kilómetros, respectivamente.

En avión, LAN viaja de Buenos Aires a La Serena, vía Santiago, con tarifa desde US$ 385 (imp. incl.)

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