El turismo mundial debe cumplir hoy más que nunca un papel en el desarrollo sustentable, creación de trabajo y del alivio de la pobreza, sostuvieron especialistas en un simposio celebrado recientemente en la ciudad canadiense de Québec. "El desafío es hacer turismo de manera correcta", dijo Costas Christ en entrevista en Canadá…
Sin embargo, el turismo internacional ha jugado un papel importante en la conservación de la biodiversidad. Pero otros se preguntan si puede ser sustentable un negocio que implica volar miles de kilómetros para llegar a un eco-hotel en la jungla, cuyo funcionamiento es neutro en emisión de gas carbono.
El transporte aéreo es un gran contribuyente a la contaminación causante del cambio climático, dijo el especialista Costas Christ a más de 500 concurrentes al Simposio Internacional sobre Desarrollo Sostenible del Turismo, celebrado entre el 16 y el 19 de este mes.
"Sin turismo, la Península Valdés de la Patagonia Argentina, aseguro un representante de la UNESCO, seguiría como un gran campo de pastoreo de ganado ovino, no muy redituable en la era actual ejemplificó. Agrego, que a ellos les preocupa que en ese lugar se están alterando los compromisos de argentina con la UNESCO de 1999, por la debilidad del Gobierno en no controlar las especulaciones inmobiliarias.
Si no fuera por el turismo, África no tendría sus parques y reservas naturales y el Triángulo de Coral (que abarca aguas de Filipinas, Indonesia, islas Salomón, Malasia, Papúa Nueva Guinea y Timor Oriental) habría quedado devastado por la pesca, continuó.
La actividad turística ha cometido muchos errores. Pero en los últimos años se ha dado cuenta de que la voracidad inmobiliaria y con el cambio climático y otros problemas ambientales, no tiene futuro si no se vuelve sustentable, opinó.
La esencia misma del turismo es vender cultura y naturaleza, y "los empresarios y políticos tienen que comprender" que deben protegerlas, o simplemente no habrá actividad de escala industrial, planteó.
Incluso el turismo masivo –a veces llamado "de playas"– depende de la naturaleza, aunque Christ, cree que la gente se está apartando inexorablemente de ese tipo de vacaciones.
En la última década la actividad turística experimentó un crecimiento fenomenal. En 2008 hubo 920 millones de viajes internacionales, dos por ciento más que el año anterior, pese a la economía mundial en crisis, según la Organización Mundial del Turismo (OMT).
En 2007 la actividad, facturó cinco billones de dólares, equivalentes a nueve por ciento del producto bruto mundial.
El turismo también aporta, directa o indirectamente, más de 231 millones de puestos laborales en todo el mundo, es lo que le adelanto a Barack Obama, el Consejo Mundial de Viajes y Turismo.
Este año, la OMT espera una reducción de casi quince por ciento en el sector. Muchos asistentes a la conferencia aseguraron que los hoteles ya están vacíos. Según Christ, "la crisis económica es una oportunidad para reflexionar sobre cómo hacer turismo correctamente".
Eso es lo que hacen las 100 empresas turísticas más grandes, señaló. El Consejo Mundial de Viajes y Turismo, que las reúne, anunció en febrero que sus miembros se comprometieron a abordar su responsabilidad en el cambio climático y a reducir en 30 por ciento sus emisiones de carbono para 2020, en relación a los registros de 2005.
Hoy existen 70 proyectos ST-EP en todo el mundo. Se trata de dirigir el dinero que gastan los turistas y las inversiones vinculadas para mejorar los ingresos y la calidad de vida de los pobres.
En el delta del río Mekong, en el Noreste de Camboya, un proyecto ST-EP lleva turistas a ver al delfín de agua dulce (familia Platanistoidea), una especie al borde de la extinción. Los visitantes pernoctan en las aldeas de la zona, consumen productos del lugar, compran artesanías hechas allí y van a ver a los animales guiados por ex pescadores.
Todo ese circuito da a los habitantes de la zona capacidad para proteger a los menos de 100 ejemplares que aún subsisten, dijo el presidente de la O.M.T.. "El turismo está salvando a una especie que de otro modo probablemente desaparecería", aseguró.
Este tipo de turismo, a veces llamado ecoturismo, representa como mucho de tres a cuatro por ciento del sector.
Tal como pasa con el desarrollo sostenible, el turismo sostenible "es un concepto tan vago que nadie está en contra de él, pero puede no significar nada", dijo Richard Butler, profesor de la escocesa Universidad de Strathclyde.
Por tanto, hay muchas políticas de desarrollo sustentable, pero no mucha acción, señaló en una entrevista con Tierramérica.
Desde la perspectiva del cambio climático, cuando los turistas vuelan miles de kilómetros para llegar a una aldea en la selva amazónica, no importa en absoluto si ésta es neutra en carbono o no, planteó Butler.
Y, aunque ese proyecto puede ayudar a aliviar la pobreza en ese lugar, "¿cómo se traslada a los turistas a esos lugares de modo sostenible?", se preguntó.
Establecer límites al turismo es necesario pero no fácil, reconoció Butler, para quien el objetivo primordial debe ser "que no queden impactos negativos netos".