Hoteles de primera clase, alta cocina, paseos y turismo aventura, acompañan la propuesta de esquí en Cerro Bayo, cerca de Villa La Angostura. La temporada de esquí arrancó con todo en Villa La Angostura, Neuquén. A pesar de la epidemia de Gripe A y las prevenciones que auguraban una época ardua, la naturaleza proveyó nieve anticipada, que atrajo hacia la villa a una cantidad importante de turistas -en su mayoría, amantes de los deportes de nieve- que contradijo cualquier pronóstico agorero…
Cerro Bayo, a sólo 15 minutos del centro cívico de La Angostura, fue el primer centro de esquí del país en abrir e, incluso, recibió a muchos visitantes que encontraron cerrado el cerro Catedral, en Bariloche.
Bayo es un centro de esquí boutique, cuyo modelo lo relaciona con los más exclusivos del mundo. Además, es el único ubicado dentro de un desarrollo urbano, en tierras privadas y conformado por capitales nacionales. Cuenta con 12 km de pistas esquiables y más de 4 km de fuera de pista, a través de bosques vírgenes. Un camino panorámico frente al lago Nahuel Huapi lo acaba convirtiendo en una suerte de Paraíso. Según algunos esquiadores profesionales, tiene poco parangón con otros de la Argentina dedicados a los deportes de nieve.
Snowboard y caminatas sobre raquetas de nieve (aggiornadas, pero a la usanza de los esquimales, que las crearon para atravesar paisajes anegados) constituyen alternativas para quienes no se animan a esquiar. El canopy, mientras tanto, atrae a los más arriesgados. Se practica en un bosque de coihues, cerca del lago Correntoso. Consiste en deslizarse entre estructuras de madera construidas en las copas de los árboles, unidas por cables de acero. El visitante, sujeto a un arnés, recorre tramos de 30 a 300 metros, a 23 km por hora. Al final del recorrido, la perspectiva de un bosque hace olvidar cualquier sensación de vértigo.
Un refugio junto al lago
Si bien Villa La Angostura es una localidad joven (recién en 1932 se inauguró la primera estación telegráfica), en 1917 el inmigrante italiano Primo Capraro construyó en el paraje Correntoso (por ser la confluencia del río y el arroyo que llevan ese nombre) una pequeña hostería de madera machimbrada junto a su aserradero, sobre la costa del lago Nahuel Huapi. En 1922 la hostería pasó a llamarse Hotel Correntoso y para la década del 30 el lugar ya era dueño de la mística que lo acompaña hasta hoy.
Sin embargo, hubieron tiempos duros, que obligaron a cerrar el hotel; hasta llegó a funcionar un tiempo en el edificio de un casino de la provincia de Neuquén. Recién en enero de 2003 el hotel fue remodelado por completo, aunque respetando estrictamente su fisonomía original. Reabrió al público, con la cocarda de la asociación internacional «Small Luxury Hotels of the World» y la recomendación de Condé Nast Johansens como uno de los mejores destinos de la Patagonia.
La historia del hotel confirma cada una de las expectativas que pudiera llevar el pasajero. Más allá del lujo de sus instalaciones, que incluye spa y una piscina con vistas a la Cordillera, el Correntoso ofrece platos de primer nivel y excursiones. Abarcan desde cabalgatas a picnic gourmet en el Valle Encantado, luego de un tour de navegación por el río Limay, que parte de la Ruta de los Siete Lagos y recorre los lagos Correntoso y Espejo hasta el Lago Traful y, finalmente, el Valle Encantado, 62 km al noreste de Bariloche.
Sabores patagónicos
La gastronomía es un fuerte en La Angostura, a tal punto que el cerro Bayo incluye siete propuestas de cocina, tres en la base y el resto a 1.500 m de altura. Especialidades de montaña, vinoteca y cocina típica patagónica son algunas opciones. El refugio Bar Sovia, por caso, regenteado por el chef que maneja la cocina de la exclusiva hostería Las Brasas, es todo un descubrimiento por el grado de elaboración de los platos, alejados de lo que podría esperarse de un restaurante de montaña.
Considerado un destino ABC1, Villa La Angostura goza del raro privilegio de contar con dos construcciones arquitectónicas de Alejandro Bustillo: la capilla Nuestra Señora Virgen de la Asunción (de 1938) y el castillo Messidor, de 1942.
Por formar parte del Camino de los Siete Lagos -une la villa con San Martín de los Andes-, abundan la pesca, la náutica y las escaladas en mountain bike. Quienes no gusten de los deportes de nieve, tampoco tienen excusas para excluir el destino. Para los que llegan en avión a Bariloche, un transfer demora menos de una hora hasta la villa, por un camino para seguir con atención, porque adelanta las maravillas que encontrará cuando se llega a destino. Nada defrauda en este paraíso incomparable.
Fuente: Diego Manso
ESPECIAL PARA CLARIN.
Datos útiles
COmo llegar. LAN tiene hasta 7 vuelos diarios de Bs. As. a Bariloche, a 80 km de Villa La Angostura. Tarifas en clase Económica, desde $ 855 ida y vuelta. Transfer desde Bariloche hasta La Angostura.
DOnde alojarse. Habitación doble en hotel Correntoso, $ 611 a $ 907. Paquete por 5 noches, $ 3.324 a $ 4.936. Reservas: 4803-0030.
CuAnto cuesta. El ingreso a Cerro Bayo, en temporada Media (hasta el 29 de agosto), $ 136 pesos por día; menores de 12 años, $ 98. Se otorga un descuento del 80% a los mayores de 65 años.
5236-8060 / 0810-3452296