Nuestras mejores artesanías, en un recorrido por las ferias de Río Negro, Tucumán, Salta, Mendoza y Córdoba. A la hora de comprar un souvenir típico, siempre aparecen en primer lugar las artesanías. En la Argentina hay cientos de mercados artesanales; prácticamente uno -muchas veces más- en cada pueblo. Aquí, un pequeño paseo por algunos de los mayores mercados permanentes del país…
El Bolsón, Río Negro
«El sábado, Bolsón», decía un afiche de 1988, cuando la feria de artesanos y productores de El Bolsón estaba por cumplir 10 años. Desde entonces esta feria, una de las más famosas del país, con 30 años en el mismo sitio, cre-ció enormemente. Es una gran romería con unos 400 puestos permanentes, que llega a 600 en plena temporada, con la participación de artesanos de todo el país. Músicos, pintores, escultores, escritores, fabricantes de dulces y otras delicias caseras exponen alrededor de la Plaza Pagano, en pleno centro de la villa. Calificada como «feria regional», congrega a artesanos y productores de la Comarca Andina del Paralelo 42, que abarca también las localidades de Lago Puelo, El Hoyo, Cholila, Epuyen, El Maiten y Ñorquinco. Todos los martes, jueves, sábados y domingos, de 10 a 17.
Simoca, Tucumán
A la ciudad de Simoca, en el sur de Tucumán, se la conoce como «cuna de tradición y folklore» o «capital nacional del sulky», y alberga uno de los acontecimientos más antiguos y arraigados de la provincia: la Feria de Simoca, cuyos inicios datan de hace 300 años. Hoy, cientos de productores, artesanos, agricultores, cocineras y potenciales compradores siguen reuniéndose cada sábado en un mercado que se extiende por seis cuadras, para continuar el rito del intercambio: en los casi 50 puestos de comidas típicas sigue vigente el trueque, y una docena de huevos o un lechón son moneda de cambio. Se consiguen comidas regionales y artesanías (en cuero, madera, hueso, plata, tejidos), miel de caña, tabletas, pasteles de novia, empanadillas, rosquetes y hasta cigarrillos en chala aromatizados con anís. En vacaciones de invierno, durante dos sábados consecutivos se hace la Fiesta Nacional de la Feria, y a fines de noviembre, la Fiesta Nacional del Sulky, con un imperdible desfile.
Salta capital
Claro que está «la feria de la Balcarce», como llaman los salteños a esas tres cuadras de la calle Balcarce (la de las peñas que nunca cierran) que los sábados y domingos se llenan de puestos. Sin embargo, el sitio que todo el mundo señala a la hora de buscar artesanías es el Mercado Artesanal, que trabaja con 8 asociaciones que reciben los productos de artesanos de toda la provincia. Creado en 1968, es el primer mercado de su tipo en el país y en sus 12 salones de gruesos muros de adobe hay desde tradicionales ponchos salteños a alfombras de piel de llama, cerámicas de los Valles Calchaquíes, artículos de alpaca o collares wichis y máscaras chané. De la Puna llegan tejidos en lana de llama en 2, 3 ó 5 agujas, y un atractivo es la propia casona del siglo XVIII que, se dice, en 1583 albergó el primer Molino de Salta, luego fue asiento de los Jesuitas, y más tarde de la primera curtiembre salteña. El mercado abre todos los días de 9 a 21.
Mendoza capital
El principal paseo artesanal de la ciudad es la Plaza de las Artes, en la Plaza Independencia. Creado en 1987, cuenta con 150 artesanos de variados rubros y con productos de calidad trabajados a mano. Sábados y domingos de 11 a 23 y el resto de los días de 16 a 22. Puede continuarse en el Paseo Boulevard Mitre, con más de 70 artesanos y microemprendedores. Abre de jueves a domingos y feriados, de 18 a 24. Otro centro de interés es la antigua estación del ferrocarril San Martín, que volvió a la vida cuando se instaló allí el Paseo Artesanal Estación Cultural Ciudad, que funciona viernes, sábados, domingos y feriados de 11 a 22. Son 60 artesanos y microemprendedores que ofrecen productos de calidad a buenos precios. Hay trabajos en metal, madera, tejidos, cuero, caricaturas, accesorios, mobiliarios, decoración, indumentaria.
Villa Giardino, Córdoba
Entre Villa Giardino y La Cumbre, en el Valle de Punilla, El Camino de los Artesanos tiene unos 8 km de un original recorrido por puestos de artesanías. Hasta fines de diciembre los locales -en general son las propias casas-taller de los artesanos- abren de viernes a domingo, y en verano todos los días. El principal atractivo es que ceramistas, plateros, escultores o pintores de la zona simplemente abren las puertas de sus casas para recibir a los viajeros. Hay trabajos en madera, plata, alpaca, telas, lana de oveja y sabores típicos como dulces o alfajores. Cada lugar tiene su rubro propio, por lo que es recomendable ir con calma y detenerse en cada puesto no sólo para ver artesanías diferentes, sino también a los mismos artesanos trabajando en sus talleres.
El pulso de los artistas
Los buenos mercados y ferias de artesanías permiten adquirir productos auténticos, trabajados por gente de la zona o inspirados por formas y materiales de cada lugar. Una de las claves para elegir artesanías es lo que muchos llaman «errores», que son las marcas o im-perfecciones del trabajo manual. Por ejemplo, en las artesanías ma-puches se pueden encontrar mu-chos «errores», que en realidad enriquecen la pieza, porque provienen del uso de técnicas muy antiguas, que se mantienen. Esos «errores» dan vida al producto; un golpe distinto hace la diferencia. Yo, por ejemplo, al caminar por las sierras, voy tomando distintos motivos, co-mo las hojas, que, por supuesto, no son perfectas. Al pasarlas al metal tal cual las veo, las piezas toman vida. Sin marca, sin «error», serían todas iguales y perderían la calidez de la mano que las trabaja.
Fuente:Suplemento Viajes/Clarin.com