Espléndidas vistas del mar desde la playa y los acantilados, y el espectáculo de una reserva de lobos marinos de un pelo.El mar y el acantilado se prodigan un mágico abrazo en una franja de 180 km de Río Negro…
El mar ruge impetuoso y lanza una seguidilla interminable de lengüetas azuladas, envueltas en espuma, a los pies del paredón rojizo de 30 m de altura.
En la base de ese muro de roca, hojaldrado por la erosión del viento y el agua, y perforado por nidos de loros barranqueros, los pescadores de pejerrey y tiburón comparten ilusiones y alegrías.
A 30 km del balneario El Cóndor, las aguas y los ánimos se aquietan en la playa La Lobería. Turistas y vecinos de Viedma se dejan caer despatarrados en los charcos salpicados en la orilla de canto rodado. Las olas renuevan esos piletones de agua transparente y tibia, cada vez que arremeten contra la restinga. Las aureolas de espuma se estremecen por unos segundos y enseguida La Lobería -más frecuentada por humanos que por la fauna marina- recobra la calma.
A 3 km, la Reserva Faunística Provincial Punta Bermeja garantiza un sector a salvo de presencias intimidantes a los lobos marinos de un pelo, que se acercan de a miles a la costa rionegrina.
Bajo una pasarela coronada por miradores, unos 4 mil ejemplares se entregan a la caricia cálida que les dispensa el sol. Sobre el escenario de restinga y piletones reverdecidos por las algas, los machos delimitan los harenes de sus hembras y estimulan a sus crías a amamantarse, jugar y ensayar sus primeros pasos. En este frente intangible de 14 km, los ciclos naturales se cumplen a salvo de cualquier interferencia.
Los telescopios devuelven imágenes de una versión de la vida que sorprende al hombre urbano y lo deja perplejo por un rato. La vista permanece fijada en esa multitud inofensiva, que hace su vida a prudente distancia de nuestros pasos. El mar, ahora teñido de verde esmeralda, pugna por no perder protagonismo, mientras la lente alcanza a captar la inquietante presencia de biguáes, palomas, gaviotas y cormoranes, en procura de peces y desechos de los lobos, su alimento.
El espectáculo de la naturaleza guarda un último acto, un regalo inesperado para la época: 300 m hacia el horizonte marino, el sol intensifica su brillo y suelta un haz sobre el lomo de una ballena franca austral, que amaga con sumarse a la reunión cumbre de lobos, por ahora indiferentes a la novedad. Parece primar el espíritu de sana convivencia. El gigante prefiere seguir a los saltos, dedicado a una sesión de piruetas que imita su ballenato. Como para no perturbar este día luminoso.
Fuente:Cristian Sirouyan.
csirouyan@clarin.com útiles
Datos
COMO LLEGAR. Desde Bs. As. son 979 km por Ricchieri, Autopista a Cañuelas y rutas 3 hasta Viedma y 1; 5 peajes, $ 9,10. Aerolíneas vuela directo a Viedma (1 h. 30′) los lunes y viernes a las 13.25; ida y vuelta con tasas e impuestos, $ 1.027; bus semicama Don Otto de Retiro a Viedma (14 hs.), $ 177; cama Qué Bus, $ 204; de ahí hasta La Lobería en micro La Comarca (63 km; tarda 1 hora), $ 12.
DONDE ALOJARSE. En Viedma: habitación doble, desayuno, wi-fi y TV cable en hotel Austral, $ 285; p/3, $ 330. En El Cóndor: la doble en hotel Casino El Faro, desayuno, Internet, DirecTV y carpa, $ 190; c/vista al mar, $ 220; camping Los Trentinos, $ 14 cada uno; h/6 años, $ 12; carpa, $ 14; auto, $ 14.
EXCURSION. De 6 hs. en minibús (El Cóndor, faro y Punta Bermeja), $ 75 (02920- 15523954 / triton turismo@hotmail.com). Bs. As., Casa de Río Negro: Tucumán 1916, 4371-7078.
En (02920) 15309065 / karinano villo@yahoo.com.ar/ puntaber meja.fundacionazara.org.ar