El Gobierno dispuso un alza de 15% en cabotaje; el transporte terrestre hablaba de «competencia desleal»El persistente reclamo de los empresarios de ómnibus de larga distancia dio resultado un mes antes de las vacaciones de invierno:…
el Gobierno aplicará, desde las 0 de hoy, un aumento promedio de 15% en las tarifas aéreas de cabotaje y evitará así el éxodo de pasajeros de ómnibus hacia las aerolíneas, una tendencia de los últimos meses. La reacción de los transportistas terrestres se sustentaba en que, para algunos destinos, los pasajes de avión más baratos costaban casi lo mismo que un ticket en coche cama.
«Creo que esto les conviene a todos», dijeron ayer en Aerolíneas Argentinas. «Es algo muy positivo», agregaron en LAN. «Nos da un leve respiro, principalmente en las distancias más largas -acotaron, en tanto, en una empresa de ómnibus-. Aunque no es la solución definitiva.»
La resolución 118 de la Secretaría de Transporte, publicada ayer en el Boletín Oficial, explica que lo que buscó el Gobierno fue evitar ese achicamiento de la brecha entre ambos sectores del transporte: «Corresponde iniciar, mediante la presente, para el sector aerocomercial una articulación consistente de las diversas estructuras tarifarias de los sectores de transporte, con particular profundidad en la relación existente entre las estructuras del transporte terrestre interurbano con el transporte aéreo de pasajeros, ponderando un criterio de intersectorialidad conforme las particularidades y la rentabilidad existentes».
Los pasajes aéreos habían subido por última vez en noviembre. Lo que hizo el Gobierno fue elevar la banda en que se mueven esos precios, el único tramo regulado de este sector. A partir de ahora, por ejemplo, volar a Córdoba ida y vuelta costará entre 484 y 918 pesos, valor al que habrá que sumarle el impuesto a los ingresos brutos (3,2%) y el IVA (10,5%) y las tasas de seguridad (un peso por tramo) y aeroportuaria (17,5 pesos). La decisión se dio a conocer el mismo día en que el ministro de Planificación, Julio De Vido, anunció que Aerolíneas Argentinas empezaría a financiar su «plan de negocios» con los aportes jubilatorios (ver aparte).
El precio de un pasaje aéreo depende de la oferta y la demanda de asientos, la anticipación con que se lo compre y la estadía del viajero en ese destino. En las aerolíneas afirman que, en general, para acceder a la tarifa más baja, alcanza con adquirirla 21 días antes y quedarse en el lugar de arribo entre 7 y 10 días.
Para las aerolíneas que operan en el mercado doméstico, la medida supone una mejora en las condiciones del negocio en momentos en que los costos del combustible no son tan altos como hace un año. «Un 15 por ciento está bien -dijeron en una de estas empresas-. Si hubiera sido un 40 por ciento, tal vez no, porque hay que considerar que nosotros tenemos también que llenar los vuelos.»
Colectivos en problemas
Distinta es la realidad de los empresarios de ómnibus de larga distancia, cuya rentabilidad había caído drásticamente en los últimos tiempos. «No hay cámara que trabaje tan bien, tan coordinadamente con el Gobierno como los dueños de los ómnibus», admitieron en una aerolínea. Las cosas no estaban bien. Semanas atrás, un relevamiento de la Comisión Nacional de la Regulación del Transporte (CNRT) había consignado, por ejemplo, un fuerte deterioro en la inversión del sector para renovar su flota: entre enero y abril se incorporaron apenas 60 unidades nuevas. Una cifra exigua si se la compara con las 330 del mismo lapso de 2009, en plena crisis, o las 500 de hace tres años. Mario Verdeguer, presidente de la Cámara Empresaria de Larga Distancia, entidad que agrupa al 80% de las compañías del país, había expuesto el escenario y las quejas hace un mes ante una consulta de LA NACION: «Lamentablemente, desde hace dos años nuestra actividad viene en franco retroceso. Mucho de eso tiene que ver con la situación de la gente que no puede viajar y con el transporte aéreo, que se ha masificado gracias a los fuertes subsidios que recibe».
En los considerandos de la resolución, la Secretaría de Transporte utilizó argumentos similares. «Que esa relación de proporción tarifaria debe ponderar, necesariamente, la sustitución y la coordinación por interconexión que las distintas redes de transporte exhiben, para evitar situaciones distorsivas y estimular el fortalecimiento de las conexiones entre las mismas», dijo.
Fuente:Francisco Olivera
LA NACION