Bariloche: Fundacion Sara Maria Furman,30 años de nobles intenciones e importantes realizaciones

Hace ya 30 años, diciembre de 1980, la Fundación Sara María Furman obtenía su personería jurídica. De esta manera se le daba marco legal al sueño de su creador, Don Boris Furman, permitiéndole concretar su anhelada meta de  ayudar a los sectores más necesitados…

30 años después, el Consejo de Administración de dicha Fundación homenajeó a ese filántropo que dejó huellas profundas y a la trayectoria de la organización que, sin perder jamás su rumbo, demuestra día a día que la solidaridad es siempre posible.

En un emotivo acto que se desarrolló en instalaciones de Complejo Turístico Teleférico Cerro Otto ante gran cantidad de invitados especiales, integrantes del Consejo de Administración se dirigieron a los presentes con palabras cargadas de sentimientos que reflejaron claramente el significado de los “30 años de nobles intenciones” de la fundación creada por un soñador, Don Boris Furman (1916 – 2007), con el único propósito de ayudar al prójimo.
 
En primer lugar hizo uso de la palabra el Gerente General de Complejo Turístico Teleférico Cerro Otto y Prosecretario de la Fundación, Sr. Oscar Borrelli, quien en un cuidadoso informe resumió las importantes tareas llevadas adelante para poder lograr que el complejo, genere millonarias utilidades que – año a año-  son donadas a entidades de bien público.
Detalló que en el transcurso de los últimos 8 años, se “ha aplicado una política de reinversión permanente, avanzando en el desarrollo de la infraestructura de servicios en la cumbre” como ocurrió con la construcción del Funicular de la Cumbre, único medio de transporte en la cima del cerro, construido íntegramente en Bariloche; la incorporación de una nueva actividad  de verano, Otto Kart, inflables para deslizarse por la pendiente de la montaña; el reemplazo de  todos los escalones en el exterior por rampas metálicas; ampliación y renovación de la flota de transporte terrestre, con modernas unidades O km; un pisa pistas Kahs Borer; una pala cargadora Bob Cat 0 Km y un cañón para fabricación de nieve artificial, por citar solo algunos ejemplos.
Asimismo hizo especial hincapié en la importancia de la inversión publicitaria “de manera constante en medios de prensa locales, nacionales y extranjeros”, lo que ha consolidado, junto a las tareas de difusión y promoción y a una sólida gestión gerencial, “un notable posicionamiento del complejo propiamente dicho pero más aún del destino Bariloche en su conjunto”, favorecido todo ello por las “beneficiosas condiciones macroeconómicas (a nivel nacional) para el desarrollo de la actividad turística”. El Gerente de Teleférico Cerro Otto no dejó de recordar todas y c/u de las situaciones que –pese a lo antedicho- influyeron negativamente en las temporadas turísticas, tal el caso de “la falta de nieve y la erupción del volcán Chaitén en el invierno de 2008, así como la crisis internacional que disminuyó el total de arribos a Bariloche y redujo la capacidad de gasto de visitantes” desde octubre de 2008 impactando fuertemente en el verano de 2009 y “los efectos de la epidemia de gripe A y nuevamente la falta de nieve en invierno 2009”.  Pese a esas condiciones desfavorables, aseguró que el complejo “mantuvo su planta de personal y sus políticas de desarrollo, confiando en el desempeño económico de nuestro país”,  con resultados positivos que se tradujeron en que “se mantuvieron los niveles de facturación” y que se lograra “aumentar año a año el superávit para donaciones y las reservas que dan continuidad a la política de desarrollo de la infraestructura de servicios de Teleférico”. “El resultado de la aplicación de políticas correctas –sentenció Borrelli- ha quedado demostrado en que con el crecimiento de estos años pasamos de transportar 55 mil pasajeros a la cifra récord de 215 mil y que partimos con 19 empleados, aumentando hasta la actualidad la fuente de trabajo a un promedio de 80 trabajadores de planta permanente”.
Para finalizar expresó que “nos queda el ejemplo y la obra de don Boris. Nuestro compromiso personal es seguir adelante engrandeciendo esta institución solidaria”

A su turno, el Vicepresidente de la Fundación Furman, Sr. Edgardo Véliz, comentó que cuando comenzó la gestión del actual Consejo de Administración, en diciembre de 2002, muchos de sus integrantes no se conocían. Sin embargo –destacó- “con el correr de los años tuvimos coincidencias en un elevado porcentaje de propuestas que volcábamos en nuestra mesa de trabajo” lo que luego se veía reflejado en hechos concretos.
Tras rendir homenaje a dos integrantes del consejo “Antonio Zorzoli, persona de intachables valores humanos” ya fallecida y a “don Héctor Iacovino – ausente durante el acto por problemas de salud-  por su invalorable colaboración”, Véliz agradeció el constante reconocimiento a la tarea de la Fundación y al avance de Teleférico por parte de vecinos y empresarios de la ciudad, pero opinó que “nuestro único mérito es que hacemos, desde el cargo que ocupamos, lo que todo ser humano debe hacer en su paso por la vida: hacer lo que debemos hacer”.
Al tratarse de una fundación “distinta de otras ya que genera sus propios recursos”, Véliz opinó que “nuestra mayor responsabilidad está en ser competitivos en la explotación turística de nuestro complejo generando mayores utilidades para distribuir más todos los años y es así –finalizó- como hemos comenzado a utilizar este flamante lema: 30 años de nobles intenciones”.

Seguidamente el Tesorero de la Fundación, Lic. Gustavo García Cano, recordó que “cierta vez le preguntaron a la Madre Teresa de Calcuta hasta cuándo se podía dar….Y su respuesta fue: hay que dar hasta que duela….”.
Sin embargo –opinó-  “no toda la humanidad es capaz de dar hasta que duela…. Sólo algunos. Y uno de ellos  fue don Boris Furman.”. Lo recordó en sus últimos años “viviendo con total sencillez y hasta con privaciones” y no vaciló al afirmar que “dio y mucho, pues este esfuerzo no era para él ni para sus descendientes sino para que no faltara un medicamento a quien lo necesitara”.
García Cano calificó a don Boris Furman como “un ingeniero de dar hasta que duela”. Por eso –finalizó- “hoy  festejamos 30 años de esta epopeya y lo hacemos sabiendo que todo está como él hubiese querido”.

En representación del  Consejo de Administración de la Fundación Sara María Furman cerró el homenaje su Presidente, el Dr. Norberto Delfino, quien resaltó que Boris Furman fue “un hombre de acción, un fuera de serie, que a lo largo de su vida y sin olvidar sus orígenes plasmó en hechos lo que él mismo llamaba vocación de servicio y generosidad”.
Lo recordó “siempre vestido de traje y corbata” y no dudó en mencionar algunas de las tantas anécdotas que pintaban de cuerpo entero su personalidad: “ le gustaba instalarse en lo que él denominaba su oficina: un escritorio sencillo en el hall de acceso al Teleférico y siempre incluía en cualquier conversación su famoso cuestionario acerca del grado de felicidad con que cada uno evaluaba su propia vida”. “Era una especie de pesimista rebelde que se enojaba, hasta no poder soportarlo, con el sufrimiento y el dolor de la gente” expresó.
Refiriéndose a los objetivos de la Fundación propiamente dicha, su Presidente remarcó que “no me gusta definirla como una ONG, precisamente porque dice lo que no es. Prefiero – aclaró- el concepto de lo que sí somos: una entidad intermedia, con miembros voluntarios, que generamos nuestros propios recursos, que vivenciamos la cultura del dar y que conformamos, precisamente por eso, un ejemplo a imitar”.
El dato que evidenció que las buenas intenciones se transformaron en hechos concretos y visibles fue la cifra de las donaciones a los largo de estos 30 años que alcanza “unos seis millones de dólares”, y que no sólo incluye el aporte anual  a la Asociación Cooperadora del Hospital de Bariloche y a las instituciones de bien público de la comunidad judía de Buenos Aires, sino la “reapertura en 2009 de la Panificadora Solidaria en el barrio obrero Santa Rosa de Lima de la ciudad de Santa Fe en donde se entregan 500 kg de pan diariamente y en forma gratuita a familias carenciadas, además de posibilitar la reinserción laboral de personas en conflicto con la ley, tras un acuerdo con el Gobierno de esa provincia; donaciones específicas para el Centro de Educación Media N°2, la Comisaría 27, LALCEC, Rotary Club Bariloche, Comunidad Israelita barilochense y la filial local de la Cruz Roja, entre otros tantos aportes de importancia”.
Delfino aseguró que la actual gestión del Consejo de Administración “ha sido contemporánea al Fundador, testigo de su desaparición física y continuadora de su legado” lo que se vislumbra –por ejemplo y por mencionar solo algunos acontecimientos- en que se ha “multiplicado por 100 el monto de las donaciones en estos ocho años; en la reforma estatutaria y en haber cumplido el sueño de don Boris Furman de reabrir su panadería solidaria”. Finalmente parafraseando a Chesterton, expresó: “la verdadera pedagogía es estar tan seguro de algo como para poder enseñárselo a un niño” y esa enseñanza “que traslado a mis hijos”  indicó, radica en que “LA SOLIDARIDAD Y EL COMPROMISO CON EL OTRO ES EL CAMINO DEL BIEN VIVIR”.

En tanto, en representación de la comunidad de Bariloche,  hizo uso de la palabra el Intendente Municipal, Sr. Marcel Cascón, quien prefirió reflexionar aseverando que “en un mundo atravesado y hasta desgarrado  por la competencia y el individualismo, celebrar este ejemplo  de solidaridad,  seguramente habla por sí mismo de  una señal de buena salud”.
Recordar “por un lado la obra de Don Boris Furman y por otro lado los 30 años de esta fundación que representan  tal vez como pocas cosas  la capacidad de este hombre de desprenderse  de su  propio personalismo para crear una institución que lo sobreviva y que además no lleva su nombre propio, sí su apellido; una institución que le de continuidad a su obra y a su idea, a su objetivo de acercamiento con quienes lo necesiten, es también una señal de buena salud y del verdadero hombre que tuvimos en Bariloche” expresó.
El Intendente  saludó y felicitó, en su nombre y en de la comunidad a la que representa, a la Fundación Sara María Furman por “su crecimiento, por la continuidad y por estos 30 años que no solo nos muestran a esta fundación viva sino activa” sin dejar de destacar a Complejo Turístico Teleférico Cerro Otto, la principal obra de donde surgen las utilidades para concretar las millonarias donaciones,  calificándolo como  “verdadero ejemplo, verdadera señal  hacia el afuera de San Carlos de Bariloche, de nuestra imagen, de nuestro producto turístico y de nuestro motor de desarrollo económico”.  “Este complejo es –opinó Cascón-  sin lugar a dudas, una foto de Bariloche hacia fuera de nuestra geografía y tal vez es esa luz que ojalá brille cada vez más en Bariloche  porque es la capacidad  de equilibrar y articular  el crecimiento económico, el desarrollo y la producción,  con la capacidad de generar solidaridad y acercamiento a quienes lo necesitan”.
Finalmente el jefe comunal expresó su “enorme satisfacción de haber sido incorporado institucionalmente al Consejo de Administración porque ello significa la posibilidad de estar sentado a la mesa en donde se resuelve y se aprueban los valores mas importantes que tiene desde el punto de vista de su riqueza económica la fundación, como son los balances y toda la estructura económica de funcionamiento”.

El acto continuó con el descubrimiento de una placa en memoria de Don Boris Furman y a la trayectoria de la Fundación Sara María Furman, a cargo de los miembros del Consejo de Administración que hicieron uso de la palabra, del Intendente Municipal y del Dr. Guillermo Santiago y el Sr Raúl Méndez, Secretario y Revisor de Cuentas respectivamente de dicho Consejo; la proyección de un video alusivo en el que quedaron  reflejados  su historia de vida,  los inicios del Teleférico y el verdadero significado de una fundación de características particulares y un lunch ofrecido en el salón ubicado en la misma estación inferior de Complejo Turístico Teleférico Cerro Otto, totalmente remodelado con detalles de calidad y buen gusto.
Aplausos, lágrimas de emoción y palabras de reconocimiento a estos 30 años de la Fundación Sara María Furman fueron, sin dudas, el mejor homenaje rendido a su fundador y a quienes día a día, trabajan para continuar su obra

Deja una respuesta