México:Estado de Guanajuato profundo

La tradición minera y el pasado colonial se combinan en una de las regiones más tranquilas y mejor conservadas del país, con pueblos maravillosos y túneles con historia…

 «Dicen que a esta hora sale la mano peluda», advierte Rogelio Anguiano, que fue minero y conoce el paño. Ahora es guía de turismo y narra su propia historia a 85 metros de profundidad.

La mina de la Valenciana tiene anécdotas de todo tipo; las más importantes, desafortunadamente, son reales. En este caso se trata de un buen punto de partida para entender cómo un pueblo desordenado se convirtió en uno de los más opulentos de México y cómo el brillo de los tiempos coloniales -cuando había mucha riqueza, aunque la mayoría se fuera a España- pudo mantenerse gracias al compromiso de conservación que ha mantenido a la ciudad como una de las más hermosas del país.

Con una población de 172.000 personas y una altura de 2050 metros sobre el nivel del mar, Guanajuato es la capital del estado homónimo, en el centro norte del país. La Valenciana es su mina más famosa. El acceso turístico es la antigua entrada de los trabajadores indígenas, que descendían hasta 475 metros, a las 6, después de alabar al Señor con la esperanza de salir ilesos al final del día. No usaban el poder negro -la pólvora, que recién llegaría en 1727-, sino leña encendida para calentar la roca, que hacían luego tronar con agua fría.

Se estima que del 85 al 90 por ciento de la población trabajó en este rubro entre mediados del siglo XVII y fines del XIX. «Actualmente lo hace cerca del 10 por ciento -cuenta Rogelio-. Yo trabajé durante 14 años y, por suerte, me despidieron.»

Por cada tonelada de mineral obtenido en la zona se rescatan doscientos gramos de plata y apenas dos de oro. El túnel de la vieja entrada se interrumpe a los 85 metros para evitar derrumbes. Allí se encuentra, clavada en la piedra, una barreta como ejemplo solitario del equipamiento actual. También hay un altar a la Virgen de los Dolores, un foquito y un interruptor para apagar la luz e imaginar cómo era la cotidianidad laboral casi a oscuras con temperaturas de 50 a 60°C. Las historias de fantasmas y otras almas dejan aquí al infierno de Dante como una verdadera comedia.

En la superficie, un laberinto de calles sube y baja por las colinas, conformando un paisaje irregular y colorido. Nunca se trazó como ciudad, de manera que las casas y vías de acceso se fueron uniendo con puentes, escaleras y, más adelante, magníficos túneles que nada tienen que ver con las minas.

La ciudad cuenta con pasajes subterráneos hechos para agilizar el tránsito -de vehículos y peatonal- y acortar las distancias. Son unos 8 km en total; el más extenso es el Túnel del Cuajín, con 1162 metros de largo y 7 de diámetro. El más corto mide 103 metros y le dicen el Túnel del Amor, con sarcasmo, porque dura poco.

Las obras habían comenzado a principios del siglo XX para resolver los problemas de inundaciones y se retomaron décadas más tarde con el fin de comunicar mejor la ciudad. Tienen estilo medieval, están abiertos en forma permanente y la gente transita por ellos sin problemas.

Guanajuato es una región especialmente tranquila, donde los problemas de violencia en algunas zonas del país se siguen con tristeza, pero sólo por televisión. Gran parte de la población participó de la reciente marcha nacional por la paz. Pero las preocupaciones cotidianas parecen en la calle mucho más simples; prevalecen, por ejemplo, los comentarios sobre el precio de la tortilla. «Ahorita la gente está descontenta -cuenta Rogelio- porque subieron de 10 a 12 pesos el kilo. Es un dolor de cabeza y le va a costar el gobierno nacional, porque la población pasa factura.»

Paseo por el empedrado
Cuando se habla de recorrer el México colonial no puede faltar el estado de Guanajuato, con sus antiguos pueblitos mineros y ciudades maravillosas como su capital y San Miguel de Allende. También se incluyen Sacatecas y, en menor medida, Durango e Hidalgo.

El casco histórico de esta ciudad donde nació el artista Diego María de la Concepción Juan Nepomuceno Estanislao de la Rivera y Barrientos Acosta y Rodríguez -abreviado por suerte en Diego Rivera- puede apreciarse desde la altura. El cerro de San Miguel es el gran balcón para ver el Templo de la Parroquia, basílica que cuenta con la imagen de la Virgen más antigua de América, y monumentos de todo tipo: a Miguel de Cervantes Saavedra, a Don Quijote y Sancho Panza -Guanajuato es ciudad cervantina , está claro-, al minero antiguo, al minero moderno, a Hidalgo, a El Pípila, a la paz… La lista sigue.

Una vez en el centro, el punto de encuentro es el Jardín Unión. Por esta plaza triangular pasa gran parte del movimiento cotidiano, más aún durante el Día de la Virgen de los Dolores, cuando las mujeres, mayormente las jóvenes, salen vestidas como galereñas y comienzan a reunirse de madrugada, a la espera de los hombres.

Ellas caminan en una dirección; ellos lo hacen en la contraria, con una flor en la mano para regalarle a su chica favorita. Si ella la acepta, él cambia de sentido su andar. Si no, sigue participando. La clave para los hombres, dicen, es llevar más de una flor bajo la manga.

A pasos de la plaza está el Teatro Juárez, con 1200 butacas en una sala con estilo morisco y forma de herradura. Es considerado el segundo teatro más lindo de país, detrás del Palacio de Bellas Artes, en la capital.

En los primeros tiempos del Juárez, por la puerta principal entraba la gente de alcurnia; en las calles laterales se conservan aún las escaleras de fierro por donde subían los demás, hasta los palcos del 3° al 5° piso.

Con un hall afrancesado y un salón de estilo italiano, lo ecléctico del edificio se trasladó a la programación: según la época, se coronó a la reina de la ciudad y funcionó como circo, sindicato de mineros y espacio de lucha libre.

Justamente, los grandes ídolos del catch mexicano pasaron por aquí, aunque no para pelear entre ellos, sino con las momias de la ciudad. Nada menos que El Santo, Blue Demon y Mil Máscaras protagonizaron Las momias de Guanajuato (1970), película que aprovechó la fama no sólo de los luchadores, sino también de los impactantes cuerpos disecados que se conservan en el panteón de Santa Paula. Esas momias se pueden visitar, sin riesgo a que se rebelen.

Fuente: www.lanacion.com /Por Martín Wain
Enviado especial

SABORES BIEN ACOMPAÑADOS
Las tortillas de maíz son, junto con el chile y los frijoles, la base de la comida mexicana. En Guanajuato, lo más típico es, en plan callejero, el guacamayo: un bollo de pan con palta, chicharrones (corteza de cerdo frita) y una salsa «picosa», como dicen en estas tierras de gastronomía imperdible.

Para probar las especialidades de Guanajuato, nada mejor que recorrer la ciudad con Lucy, esbelta y simpática anfitriona de la Secretaría de Turismo local, que sorprende con su pasión por los sabores típicos y, sobre todo, el picante.

Ella cuenta que a su bebe de 10 meses le hace probar picante para que se adapte al gusto nacional. Y asegura que le encanta. Con ella recorrimos el mercado Hidalgo y probamos enchiladas mineras. Conocimos, además, dos de los mejores restaurantes de la ciudad: Casa Valadez, tradicional y sofisticado, y La Pirinola, más económico y repleto de guanajuatenses.

Para probar la comida típica de otros pueblos del estado hay que tener en cuenta que San Miguel de Allende es ideal para las pellizcadas, una especie de cazuelitas a base de maíz. En Dolores Hidalgo se beben helados de camarón o tequila, y en Atotonilco, gorditas de chicharrón prensado.

DATOS UTILES

Cómo llegar
Desde Buenos Aires. Lan vuela a México con tarifas desde US$ 999. Hasta el aeropuerto de León, en Guanajuato, desde 1159. Por ruta, de Ciudad de México a Guanajuato, hay 4 horas.

Qué hacer
Museo de las Momias: De lunes a domingo, de 9 a 18. Entrada: $ 52 ($ 18 argentinos). Recorrido nocturno: $ 100.

Museo Casa Diego Rivera: casa natal, con un centenar de obras. Pocitos 47. Martes a sábado, de 10 a 19. Domingo, de 10 a 15. $ 15 ($ 5 argentinos).

Dónde dormir
Quinta Las Acacias. Hotel de lujo en una casa del siglo XIX, en Guanajuato. Desde US$ 230 la habitación estándar. Más, en www.quintalasacacias.com

Dos Casas. En San Miguel de Allende, hotel boutique. www.doscasas.com.mx

 

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