Bariloche: Estudiantes uruguayos disfrutaron del Cerro Otto

Alrededor de 300 jóvenes uruguayos no se dejaron llevar por la desinformación y cumplieron su sueño de viajar a Bariloche. Conjugaron diversión y naturaleza en el Complejo Turístico Teleférico Cerro Otto…

Decidieron cumplir el sueño de viajar a San Carlos de Bariloche para disfrutar de un paisaje que los sorprendió por su belleza, con una nevada que por sí misma justificó los km recorridos y les permitió divertirse y disfrutar de todas las actividades que les había garantizado COMPLEJO TURISTICO TELEFERICO CERRO OTTO.

Trescientos jóvenes uruguayos de 15 años de edad, el momento de la vida que celebran porque “marca un cambio muy importante” según explicaron, arribaron la semana pasada a San Carlos de Bariloche, de la mano de la empresa Funtour, que no vaciló en asegurarles a los padres de los menores que Bariloche los recibiría con la mejor atención, con un paisaje sin cenizas y con la totalidad de las actividades contratadas.

En Complejo Turístico Teleférico Cerro Otto, ascendieron en las góndolas panorámicas hasta arribar a 1405 metros de altura s.n.m. Y una vez en la cima de la montaña, las pistas para deslizarse con trineos, tapizadas de abundante nieve, sirvieron de invitación a divertirse sin descanso, una y otra vez.

Mientras algunos aguardaban su turno para descender por la pendiente de la montaña, los otros jugaban guerras de bolas de nieve. El ascenso en el Funicular de la Cumbre hasta la largada nuevamente les permitía a su vez ahorrar energías para volver a deslizarse y cuando la tarde ya caía, chocolate caliente y alfajores artesanales los aguardaban en la disco “Otto House Music”, única en las alturas, en donde no sólo bailaron al compás de la música que el DJ seleccionó cuidadosamente acorde a sus edades y a los tiempos, sino que participaron de sorteos organizados por el complejo mientras cámaras de video y de fotografía registraban lo que ellos mismos consideraron “un viaje inolvidable”.

“Bariló es lo más” cantaban al unísono, entre abrazos y sonrisas cómplices que hablaban por sí

solas del regreso a Bariloche en cualquier otro momento de sus vidas, pero “sin que pase mucho tiempo”

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