Al bulevar de la avenida Río Negro, los escultores le dejaron siete bellas obras de arte. Seis en madera y una de cemento. , A la gaviota, la bailarina y Mafalda se le sumaron “Ojitos de Mar”, La Sirena, La lobita con su cría, La Mujer y el Águila,»Origenes», La manzana y un delfín en cemento….
Una de las esculturas representa a una manzana gigante de por lo menos tres metros de alto y casi dos de ancho, también con dos hojas muy grandes y un cabo de iguales dimensiones. Su autor, José Soler, junto a Rigone, eligió aprovecharon la forma del tronco, para tallar su obra.
Rubén Piñero de La Plata– esculpió una sirena con un rostro con rasgos aborigen. El artista, quien ya participó en otros 31 encuentros,disfrutó del medio ambiente donde esculpio su obra.
De Berisso se vino Walter Dobrowlañski, y 71 encuentros «en sus manos» y escuela propia de escultura. Eligió un duende al que le llamó «Ojitos y el mar» para dejarles a los grutenses y turistas «buena onda».
La única mujer de grupo, Verónica Mariel Cola, le dio forma a mamá lobita de mar con su bebé.
Otro platense, Guillermo Sancholuz, impacto con su creación, la mujer que emerge del agua llevando un águila entre sus manos.
Gabriel Piñero, joven que vive un poco en La Plata y otro poco en Villa La Angostura, le dio a su obra un toque de surrealismo, partiendo desde un caracol donde sale una mano firme y casi perfecta, sosteniendo un anzuelo y como rozando la boca de un pez. El hombre en actitud de casería –me dijo, mientras compartíamos un mate–,… surge de un fuerte chorro de agua y atenta contra su vida», y la bautizó “Origenes”.
El séptimo artista es Ramiro Durán de Las Grutas y que hace trabajos con cemento y le dio vida a un delfín en pleno movimiento.En la foto acompañado por Roberto Marquez,alma «mater» del encuentro.
Mucha gente local y cientos de turistas, paraban para ver «el nacimiento» de estas obras que alegran la villa balnearia y que bien mantenidas perduraran en el tiempo.
Fuente y fotos: Julio Ramírez