Por tierras del condado de Cork.Por Juan Antonio Narro Prieto

Hoy, cuando comienzo a escribir estos renglones, es 29 de diciembre de 2013. Va terminado el año. A estas alturas me gusta siempre recordar los viajes realizados. Es una buena costumbre porque trata de reavivar muchos recuerdos, de la más diversa índole, que pudieran estar algo aletargados. Detalles, para mí nada insignificantes, tan dispares como sabores, olores, sonidos, paisajes, carreteras, playas o nuevas amistades ayudan repasar alguna escapada…

Para poner algo de concierto en esa gran marea de datos y recuerdos que, por unos momentos, se agolpan en mi memoria disfruto ordenando fotos, videos, borradores y reportajes escritos. Es, a mi juicio, “otra forma de viajar”. Además, me relaja.

Abro en mi disco duro un archivo que se llama “2013 Cork” y empiezan a aflorar gratas emociones de uno de los más inolvidables viajes que he realizado últimamente. ¡Qué buenas impresiones me transmite ir pasando una a una estas instantáneas en mi ordenador!.

Ése fue un viaje memorable por varias razones. Por la gente nueva que conocí, por la ciudad de Cork, por su extenso condado y por un famoso certamen musical llamado “Guinness Cork Festival” que transformó por completo esta localidad del sur de Irlanda durante esos días, del 25 y 28 de octubre, en un inagotable espacio de animación cultural.

De este evento musical recuerdo, con especial cariño, el espectacular concierto de Billy Cobhan, sin duda, uno de los grandes baterías en el mundo del jazz. No pasan los años por este artista cuya vitalidad no parece conocer fronteras. Este magnífico regalo para los sentidos ocurrió en un escenario tan incomparable como el Everyman Teathre de Cork (www.everymancork.com). Todo un lujo poder presenciarlo.

Fue también un viaje de aprendizaje y descubrimientos. Conversar con alguno de estos artistas, dejarse seducir por los conocimientos de varios críticos musicales, disfrutar de los conciertos a los que asistí, degustar la gastronomía de este condado, deambular por las calles de Cork, tomar una -o varias- Guinness en distintos pubs, pasear por sus playas o recorrer pueblos tan bonitos como Kinsale fueron parte de ese agradable torrente de emociones que resultó mi periplo por esta parte de la ”isla esmeralda”.

Debo decir que me cautivó. Aún guardo, por ejemplo, los aromas de la visita a la vieja destilería de whisky Jameson, conocida por su centenaria historia elaborando esta bebida y por sus tres destilaciones. Lo mucho que, sinceramente, aprendí esa mañana entre estos rehabilitados muros no se contradice con lo placentero y didáctico que resultó el recorrido. Un itinerario que finalizó, como no podía ser de otra forma, en una cata comentada donde pudimos probar y conocer las diferencias entre un bourbon estadounidense, un whisky escocés y un whisky Jameson. Fue una bonita jornada, desde luego.

Fueron cuatro días que dieron mucho de sí. Anduve por Charles Fort; una fortificación, en forma deestrella, cuya visita aconsejo, si es posible, con la ayuda de un guía. Es la mejor manera de conocer detalles que, de otra forma, nos pasarían desapercibidos. Mucho tiene que ver esta edificación militar con la historia de España. Os invito a descubrirlo sin adelantaros más detalles. El conocido episodio del “socorro del Kinsale” (en el contexto de la guerra anglo-española y con figuras tan destacadas como Juan de Águila y Arellano) tuvo uno de sus episodios en los alrededores de esta gran fortaleza, ahora reconvertida en museo.

Situada, como no podía ser de otra forma, en un lugar estratégico frente al océano, sus alrededores son también perfectos para dar un paseo. Me atrevo a decir algo más. Cuando hay viento, como pasó el día que estuve, y el mar está algo embravecido la belleza de esas panorámicas son casi insuperables. Cualquier fotógrafo disfrutaría en un paraje como éste.

Recuerdo también el reconfortante té que tomamos en Fota House (www.fotahouse.com), una preciosa residencia rodeada de extensos y cuidados jardines de un reluciente verde que arropan esta gran mansión, ahora dedicada a otros menesteres -además de museo- como eventos, bodas, presentaciones, exposiciones y conferencias. En fin, una manera de preservar y obtener recursos para mantener este rico patrimonio de costosa conservación.

Sobre gastronomía, una de mis conocidas inclinaciones, no tendría líneas con las que detallar mi experiencia entre conocidos templos de los fogones del condado de Cork. Irlanda es mucho más que cerveza y patatas. Es una isla rica en productos de la tierra, posee carnes extraordinarias y está bañada por un océano que le brinda pescados y mariscos elogiados mundialmente.

“El mar Céltico”, que es como se conoce a esta parte del océano que baña las tierras de Cork, es una inagotable despensa para los irlandeses de productos de primera calidad. Por ello, aconsejo acercarse a la localidad de Kinsale y comer en alguno de sus restaurantes. En mi caso fue en el famoso Fishy Fishy (www.fishyfishy.ie), declarado «Sea Food Restaurant en 2011». Este apacible y familiar pueblo costero cuenta, además del reclamo gastronómico, con el atractivo de la bonita bahía donde se asienta y de la tranquilidad que ofrece para el visitante su sosegado estilo de vida; sin altibajos. Por esta razón, es un destino elegido por muchos irlandeses y extranjeros que, en épocas estivales, rompen, en cierta forma, ese familiar ambiente de calma.

Escribí, no hace mucho, en mi blog un reportaje sobre este templo gastronómico del pescado y el marisco titulado: «Restaurante Fishy Fishy, una referencia en su género». Te recuerdo el link: http://narrogeographic.blogspot.com.es/search/label/IRLANDA%20%28KINSALE%29

Las carnes irlandesas tienen, por ejemplo, un gran “embajador” en el restaurante Cornstore (¡Error! Referencia de hipervínculo no válida. Cork. Si te gusta comer bien tienes que acercarte aquí. Sencillamente espectacular.

No quiero olvidarme del “Mercado Inglés”, en pleno centro de Cork. La planta inferior la conforman pescaderías, carnicerías, panaderías, floristerías, pollerías, etc. La superior, restaurantes donde comer a un precio verdaderamente barato. Te lo recomiendo. Es una parada obligada para el viajero. Por cierto, Cork es capital irlandesa de la gastronomía (Cork Food Capital of Ireland).

Esta ciudad cuenta con una prestigiosa universidad (University College Cork –U.C.C.-). Una de las más importantes de Irlanda. No son pocos los extranjeros que la eligen para completar sus estudios universitarios. Ese día no paró de llover hasta la noche. Aun así, no podía dejar de fotografiar ese espléndido patio central. Recuerdo que, cuando estaba allí, me vinieron a la memoria algunas escenas de las películas de Harry Potter. No fui el único.

Ha sido también un viaje de anécdotas. Te cuento una. Quizás la conozcas pero, hasta entonces, era inédita para mí. Estábamos tomando unas “pintas” en un pub de la ciudad de Cork. Faltaba poco para cerrar. Empezaba a ser hora de retirarse. De repente, cambia la música y se oye el himno de Irlanda. La gente se pone de pie y lo canta al unísono. Algunos acercaban su mano derecha al pecho, junto al corazón. Terminó y nos tomamos la última cerveza. Los amigos irlandeses nos explicaron que era algo normal en algunos pubs antes de cerrar y, en cierta forma, se había convertido en una tradición. Nunca te acostarás sin saber una cosa más.

Por cierto, como cualquier viajero, es casi obligado traer algún recuerdo. St Patrick’s Street es la calle comercial por excelencia: repleta de locales comerciales de todo tipo, no faltan las tiendas de recuerdos. Seguro que vendrás con algunos.

Irlanda tiene para mí un aliciente especial: su tiempo. No me equivoco al escribir estas palabras. Es verdad que muchas personas te aconsejan que viajes en determinadas épocas de año para «asegurar» un clima más apacible. Sin embargo, con esta filosofía se pierden la belleza de ver un inmenso prado verde mientras llueve, de un acantilado donde la furia del mar se lanza en forma de grandes olas sobre esas interminables paredes de roca… y así muchas cosas. En Irlanda es posible disfrutar de diferentes climatologías el mismo día. Puede amanecer lloviendo para, de repente, salir el sol y ver un gran arco iris sobre la ciudad… Eso también es Irlanda. No sólo primavera y verano.

Datos útiles

Webs: www.corkcity.ie/traveltourism, www.ucc.ie, www.thegatheringireland.com

¿Dónde dormir?: Clarion Hotel (www.clarionhotelcorkcity.com)

¿Dónde comer?: Además de los restaurantes mencionados, en Cork puedes comer el restaurante Issacs (www.isaacsrestaurant.ie) y en «Market Lane Restaurant» (www.marketlane.ie).

Una última recomendación: En Cork no olvides acercarte a la catedral de la Iglesia de Irlanda de San Finbar. En el pináculo del santuario se aprecia perfectamente, por sus tonos dorados, el Ángel de la Resurrección. Hay que pagar por visitar su interior; aún así, merece la pena. Te gustará.

 

Juan Antonio Narro Prieto

Deja una respuesta