La protección al turista como parte de los derechos humanos y la importancia de contar con mecanismos que prevengan sobre la seguridad de los visitantes, se ha convertido en un tema que ingresó en las agendas de los países de América.Así quedó demostrado durante las jornadas del Primer Seminario Internacional sobre Protección y Asistencia al Turista que se realizó a mediados de este mes en la ciudad de México, coordinado por el Ministerio de Relaciones Exteriores y la Secretaría de Turismo aztecas…
Durante el encuentro se coincidió en que la Seguridad turística debe ser interpretada como «seguridad humana», mas allá de la integridad física o protección económica de los turistas, haciéndola extensiva al resto de los Derechos Humanos de las personas.
Los expertos de los países americanos acordaron en que el tema no debe reducirse a los delitos que se cometen en un destino, en especial robos y homicidios, sino que se incluya dentro de tal concepto los derechos del turista como consumidor, la protección de la salud de los mismos, la protección de los derechos de niños y adolescentes, y la accesibilidad en el turismo.
Asimismo, se destacó la necesidad que los destinos turísticos cuenten con fuerzas de seguridad especializadas, como policías turísticas con amplias facultades y acciones articuladas con las demás fuerzas de seguridad, autoridades de turismo y poderes del estado.
También, coincidieron que en cuanto fuera posible según la legislación de cada país, deberían generarse fiscalías especializadas en turismo en donde se tomen denuncias e investiguen los delitos contra turistas, o a turistas como presuntos autores o partícipes de un delito.
Según los especialistas, el conflicto entre turistas y prestadores requiere de un abordaje sistémico, por lo que en tal sentido van surgiendo para el tratamiento de este abordaje, nuevas figuras de asistencia y protección de derechos, como por ejemplo «Defensorías del Turista» que se encuentran bajo el ala de organismos de Derechos Humanos.
Los técnicos, funcionarios de turismo y de las áreas de seguridad de América que participaron del seminario organizado por la Organización de Estados Americanos (OEA), señalaron la importancia sobre el manejo de «crisis», fundamentalmente ante los hechos fortuitos de la naturaleza y de la relevancia que merece la seguridad para los grandes eventos deportivos o masivos en general.
Asimismo, la conveniencia de unificar en un país o región los «protocolos de actuación» para la atención de turistas, a los efectos de ser utilizados por todos los niveles de gobierno, sin perjuicio del organismo o del agente receptor del reclamo o denuncia del turista.
Por la Argentina, participaron del Seminario la jefa de Oficina de los Derechos del Turista de la Defensoría del Turista de la ciudad de Buenos Aires, Silvina Bacchiega, y Luis Grunewald, de la Universidad de Quilmes.
En el primero de los cuatro paneles en que se dividió el seminario se abordó la política turística, la importancia de las policías turísticas y el rol de los agentes del Ministerio Público Fiscal de turismo, conocidos habitualmente como fiscales especializados en delitos contra turistas.
En el segundo panel se analizó la orientación y auxilio turístico, remarcando la importancia de la información hacia el turista, las quejas de los turistas consumidores, servicios de protección, auxilio y rescate, fenómenos naturales y accidentes, servicios de salud y el rol de la asistencia consular.
En este segmento, Silvina Bacchiega transmitió las experiencias de la Defensoría en materia de turismo accesible y de protección de la niñez y adolescencia en viajes y turismo.
El tercer módulo trató sobre las comunicaciones y medios, y se planteó la seguridad turística: percepciones y realidades; medios de comunicación; redes sociales, y alertas de viajes.
El último panel se refirió a los planes de seguridad, redes de contención, experiencias exitosas, en donde trataron metodologías y protocolos de actuación ante situaciones de crisis y de asistencia al turista; estándares y mejores prácticas internacionales; alianzas público-privadas y experiencias compartidas.
Fuente: Télam