Al pie del cerro Champaquí -el pico más alto de la provincia de Córdoba-, es un paraíso natural donde se respira la frescura de las sierras y se vive la tranquilidad de un lugar único que ofrece múltiples opciones para el turismo.Pueblo joven, pero con mucha historia, formó parte de la estancia jesuítica de Yacanto de Calamuchita, una de las tres que pertenecían a esa congregación relligiosa, y que se lotearon en el año 1939…
Con apenas 2000 habitantes, Yacanto se dispersa en un radio de 53 hectáreas rodeadas de arboledas, caminos de tierra, casas construídas en madera y mucha hospitalidad de su gente, con el paisaje del las Sierras Grandes en el horizonte
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«El pueblo va creciendo de forma vertiginosa desde hace 10 años, cuando se decide que nuestra economía se base en el turismo», contó a Télam la directora de Turismo de Villa Yacanto, Stella Maris Raccaro.
Con el entusiasmo propio de quien quiere mostrar lo mucho que ofrece el lugar, Raccaro dirigió una recorrida al casco céntrico del pueblo, «la plaza de los Niños», en cuyo alrededor se alzan algunos de los edificios más emblemáticos, como la capilla Nuestra Señora de la Merced, oratorio construido en 1877.
De la pequeña capilla de paredes de adobe, la más antigua del Valle de Calamuchita, se hace cargo una institución del pueblo: doña Custodia, que desde hace 40 años brinda sus exquisiteces en su casa, hoy convertida en reconocido restaurante del lugar.
En la plaza, donde los artesanos se reúnen a vender sus productos, es posible observar vestigios de pircas jesuíticas puesto que en ese sitio se encontraba el casco antiguo de la estancia.
«Villa Yacanto cuenta con 1.700 plazas disponibles, entre posadas, cámpings y casas particulares. Tenemos ríos, balnearios, el Champaquí, un próximo museo y ahora un parque de aventuras a menos de 5 kilómetros del centro», precisó la directora de Turismo.
«La vida acá es muy diferente, muy tranquila, sin rejas, donde se disfruta el día a día y el vecino es un amigo. Ese es un valor agregado a todo lo que ofrecemos», añadió.
Uno de los mayores atractivos para el turista es el cerro Champaquí, con 2.884 metros de altura, y ubicado a 42 kilómetros del centro de Villa Yacanto.
Al lugar se puede acceder en auto desde Villa Yacanto hasta el cerro Los Linderos donde, una vez en la cima, se llega en caminata de 700 metros hasta las máximas alturas del Champaquí. Desde allí es posible obervar todo el Valle de un lado y Traslasierra del otro, ofreciendo vistas maravillosas.
Pero Villa Yacanto también tiene un sinfín de lugares en los que el agua es protagonista, como el antiguo balneario, a sólo 700 metros del centro y en el que es posible pasar el día disfrutando de su cascada.
También, el pequeño dique Las Ramas, conformado por las aguas de un tranqulo arroyo arropado por el frondoso bosque de álamos que lo rodea.
También, pero ya para el lado serrano hacia el norte de Yacanto, San Miguel de los Ríos es un valle bañado por las cristalinas aguas de los ríos Tabaquillo y San Miguel, y unos kilómetros más adelante el balneario El Puente Blanco, sobre el río Santa Rosa, ideal para la pesca deportiva.
Pero hay dos joyas imperdibles en las que la práctica del turismo aventura, como el senderismo, mountain bike, cabalgatas y travesías en 4X4, además del ecoturismo y el turismo náutico encuentran el terreno ideal.
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Uno es El Durazno, a 8 kilómetros al sur de Villa Yacanto. Se trata de un pequeño paraje en los márgenes del río homónimo, con piletas naturales y un bosque que cubre su escarpado territorio.
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El lugar es apto para la práctica de cabalgatas, trekking, kayac y paseos en cuatriciclos, y es ineludible una visita a la pulpería -actual restaurante-; un edificio de finales del 1.700 que cumplió funciones administrativas y de posta en época del vierreynato.
El otro sitio apto para ese tipo de turismo es el caudaloso Río Grande, a 13 kilómetros al sur de la Villa, sede del Círculo de Pescadores con Mosca.
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La última atracción que se instaló en Villa Yacanto es el Parque de Aventuras del Libertador, a 4,5 kilómetros del pueblo camino a Lago San Roque, un predio de 40 hectáreas donde se puede realizar canopy, palestra, arborismo, tirolesa, cabalgatas y paseo en cuatriciclo, y que cuenta con una posada de gusto exquisito en madera, deck y piscinas.
Fuente: Télam