Emplazado en el corazón del puerto de la Ciudad de Buenos Aires, el edificio del viejo Hotel de Inmigrantes es considerado como uno de los puntos de interés turístico más visitados por los cruceristas que arriban desde distintas partes del mundo.Emplazado en el corazón del puerto de la Ciudad de Buenos Aires, el edificio del viejo Hotel de Inmigrantes, es considerado como uno de los puntos de interés turístico más visitados por los cruceristas que arriban desde distintas partes del mundo, tentados por conocer las historias de quienes llegaron para poblar el suelo argentino…
A semejanza con el Museo de la Inmigración de Ellis Island, en la ciudad de Nueva York, el de Buenos Aires va en camino de convertirse en uno de los lugares preferidos de turistas locales y extranjeros, además de los porteños, que quieren conocer sobre un período trascendental en la historia del país.
El edificio, ubicado en un predio de la Avenida Antártida Argentina al 1200 y lindero al Apostadero Naval donde está amarrado la Fragata Libertad, es hoy sede de la Dirección Nacional de Migraciones y del Museo de la Universidad Nacional de Tres de Febrero (Muntref), entidad que expone allí, en el tercer piso, dos muestras interconectadas: una dedicada a los aspectos generales de la inmigración y otra específica sobre las corrientes migratorias provenientes de Italia y España.
Según explicó a Télam Marcelo Huernos, investigador de la Untref a cargo de las muestras, éstas son visitadas principalmente por «turistas que desembarcan de los cruceros», a los que se suman contingentes de escolares, de jubilados y dos servicios de visitas guiadas, abiertas a todo público, durante los fines de semana.
Además, visitantes ocasionales las recorren luego de recabar información sobre la llegada al país de sus ancestros, un servicio gratuito brindado en la planta baja del edificio por el Muntref, con datos aportados por el Centro de Estudios Migratorios Latinoamericano (Cemla).
La primera exposición, denominada «Para Todos los Hombres del Mundo», dedica su ámbito no sólo a la inmigración histórica, sino también a la actual, a través de numerosas pantallas se pueden ver y oír los testimonio de quienes arribaron en época reciente para ofrecer sus trabajos y talentos al país.
La exposición contigua, «Italianos y españoles en Argentina», de la que el historiador es productor, y que se adentra en la descripción de esas dos corrientes migratorias mayoritarias a través de una escenificación sinuosa y exquisita realizada en madera.
Huernos explicó que ambas exposiciones «se desarrollan sobre núcleos temáticos» a los que describe como «viaje, llegada, inserción y legado» para la primera y «emigración e Inmigración, llegada y establecimiento; asociacionismo; industria; exilio, inmigración y política» para la segunda.
Ni bien se accede a la primer muestra, una deslumbrante maqueta de casi tres metros de largo del vapor SS Tubantia (momentáneamente en reparación) que supo cubrir el trayecto entre Holanda y Sudamérica, y que simboliza a las decenas de navíos que transportaron el sueño y la esperanza de millones de europeos a la tierra donde todo estaba por hacerse.
Precediendo al Tubantia, obras de artistas visuales plasmadas sobre equipajes se entremezclan con paneles fotográficos que describen partidas y llegadas
Al seguir el sendero propuesto por la muestra, una representación de los aposentos exhibe una decena de literas y varios utensillos que usaban los huéspedes.
Mas adelante, el visitante tendrá ante sí infinidad de muestras de lo que fueran pasaportes, fichas de ingreso, planillas y otros documentos que describen la vidad de muchos de los hombres y mujeres que contribuyeron a poblar nuestro suelo, y también podrá observar herramientas y utensillos personales donados por los descendientes de aquellos que llegaron del otro lado del mar.
Como broche final de esta primera exposición, un ala se dedica a Enrique Mosconi, el ingeniero hijo de inmigrantes que fuera pionero de la industria del petróleo en el país a través de la dirección de la empresa estatal YPF.
La segunda muestra, una sucesión de fotografías, infografías, y elementos audiovisuales, se ocupa, a través de una cuidada y elaborada escenificación, de poner en relieve las vivencias de millones de italianos y españoles, por medio de una síntesis explícita de sus vivencias.
Llaman la atención en el sector las proyecciones de películas de archivo sobre lienzos que simulan ser sábanas tendidas en un conventillo y las velas de un sintético barco.
Asimismo, pantallas interactivas muestran al visitante ejemplares de diversos periódicos editados por las colectividades, como es el caso de La Leggione Agrícola, en Mendoza, y Foglio Italiano, publicado en Rosario.
Cierra esta muestra un pequeño microcine, donde una pantalla reproduce filmes aportados por el Museo del Cine, que abordan la temática de la inmigración y una «vieja radio» que, auriculares mediante, sumerge en la inconfundible voz de Catita, aquel bello personaje que interpretara la inefable actriz Niní Marshall.
Las muestras, imperdibles para quienes están de paso por Buenos Aires o la habitan, pueden visitarse de martes a domingo, de 12 a 20 horas, además, se realizan visitas guiadas, a las 17 de martes a viernes y dos los sábados y domingos, a las 14 y a las 16.
Fuente y fotos: Télam