En el «Día del Profesor»publicamos un comentario del Decano del Turismo Patagonico y columnista estrella de nuestro site,Prof.Antonio Torrejón

«Alvaro Barros»:En pocos meses el 18-03-2017, se cumplirán 190 años del nacimiento del Primer Gobernador de la ex Gobernación de la Patagonia Argentina al estar cerca del 11-10-1878. Fecha del Aniversario de la creación Institucional, es bueno recordar a este prócer, su visión y proyección integradora, a través de uno de los escritos que nos legara:…

Sostenía Álvaro Barros, que “hacerse escuchar, hacerse comprender, he ahí la gran difi­cultad en todos los tiempos y para todos los hombres”Agregaba, cuando Gutenberg inventó el medio de sustituir a la vibra­ción de la palabra, la conservación perpetua de la palabra misma, por medio de la imprenta: ese gran paso dado en ser­vicio de la verdad, fue luego aprovechado por la mediocridad ambiciosa.

El charlatanismo disfrazado con la corona de la sabiduría y elevándose a su altura, con gracia y amenidad ha llevado al espíritu de los hombres a la desconfianza que nace ante dos cosas iguales en apariencia: la verdad y la impostura.

Para reconocerlas, es necesario descubrirlas. Si en ello no hay peligro, de seguro hay trabajo, y por no tenerlo, muchas veces aceptamos el veneno disolvente de las sociedades huma­nas que llevan en sí las falsas teorías, desechando sin examen la palabra útil de la verdad que no halaga.

Una palabra así basta para sacar a un hombre de la oscuri­dad cuando no lo esperaba, elevándolo a las altas regiones de una gloria que no ha soñado.

Una palabra asimismo, puede hundir a otro en el abismo del olvido o el menosprecio cuando después de trabajos y sacri­ficios, viene a revelar una verdad útil.

Conociendo estos peligros, con la fe que se alcanza en la justicia y en la elevación del propósito, voy a escribir según mi escasa ciencia, sobre fronteras y territorios federales. Mucho se ha escrito sobre esta importante materia: con inte­ligencia y verdad unas veces; con ligereza y sin verdadero

estudio otras; con propósitos políticos o mercantiles algunas, y así con brillo y erudición, se ha dado fuerza a la falsa opinión que respecto del país, de sus necesidades y ventajas existe dentro y fuera de él.

Sin ciencia ni erudición voy a escribir ayudado de los hechos históricos que son incontestables; de las exploraciones científi­cas que han merecido justo crédito; de las operaciones militares exactamente referidas y apreciadas por sus verdaderos resulta­dos, y de mis estudios prácticos, hechos en distintas épocas en la frontera, como poblador avanzado, como jefe subalterno, y como jefe superior en dos distintos departamentos durante cuatro años. Como jefe de la frontera del Sud de Buenos Aires tuve siempre a mis órdenes las numerosas tribus del caci­que Catriel: restablecí las buenas relaciones con el Cacique Calfucurá, el célebre diplomático trasandino en la pampa, en 1865.

Hice el tratado de paz que existe con Reuque Curá, en 1866, y por fin estuve en constante relación con todos los pobladores indios (originarios y colonizadores) desde la frontera hasta el Limay.

Traté siempre de sobreponerme a las pasiones de mi época; a toda susceptibilidad nacional, local, o de partido, y así des­prendido de todas aquellas afecciones, procuré elevar mi espíritu, para poder juzgar del pasado y del porvenir de mi país, con la imparcialidad de un extraño, con la libertad de un desconocido, con la intachable ambición de ser útil a aquellos que no deben alcanzar a recompensarme. (1)

Con el fin de ser útil a mi país, haciéndolo conocer del euro­peo, de cuya industria y capitales necesitamos también para crecer y pros­perar.

Con el fin de servir al mismo cuya industria y capitales carecen allá de espacio, de tierra, de los objetos de provechosa inversión que aquí le aguardan.

Al referir las ventajas, necesario es con verdad hacer conocer los peligros y dificultades que habrá que vencer y los medios de lograrlo.

Para ello he de confesar concienzudamente nuestros defectos y vicios, explicando su origen y consecuencias, y a la vez, sin exageración, hacer resaltar las cualidades indestructibles en que estriban las seguridades que el europeo reclama. Conociendo que el trabajo es muy superior a mis fuerzas. reclamo la indulgencia de todos aquellos lectores que pudieran hallarle algunas deficiencias.

(1) Nació Álvaro Barros el 18/3/1827 en Buenos Aires, falleciendo en la misma ciudad, el 13/01/1892. El 21/10/1878 fue designado Gobernador, cargo que asumió en diciembre de 1878, hasta Julio de 1882.

(2) Observar, la convicción integradora, y practica, que tenía este Estadista, que asumió en 1878 la búsqueda de un camino “azul y blanco”, para quienes desearían realizarse al sur de las entonces : “Provincias Unidas del Río de la Plata”

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