En cercanías de la ciudad de Colón, se ofrece un abanico de posibilidades para disfrutar de la naturaleza.En bici, caminando o en canoa es posible recorrer el Parque Nacional El Palmar, en Colón, Entre Ríos, y conocer la historia jesuítica y de los pioneros que llegaron para explotar la cal. El bosque de Palmeras Butia Yatay es el reducto de esta especie protegida en su punto más austral del mundo. Un lugar a escala humana para descubrir en familia…
La gracia y elegancia que dibuja el perfil de las palmeras Butia Yatay son uno de los atractivos del Parque Nacional El Palmar, en Colón, Entre Ríos, en la Mesopotamia Argentina. Desde la ruta nacional 14, durante los doce kilómetros del camino de ingreso al Parque, las palmeras acompañan a un lado y al otro, y conforman el bosque protegido y último reducto de la especie que existe en el sur del continente.
Es un paisaje particular y cobra dimensión cuando uno detiene la marcha en el estacionamiento junto al mirador de La Glorieta, desde donde además parte un sendero autoguiado hacia el arroyo El Palmar. Pero tan sólo levantar la vista se abre un horizonte que se escarpa hasta el infinito con el dibujo de las palmeras. Es un mar de palmeras. Y hasta hay bancos de madera para sentarse y contemplar.
Si el sol lo acobarda, no se detenga porque el sendero es amigable y se sumerge en el bosque en galería, así llamado por la vegetación que forma túneles en la costa y que abraza a los riachos, arroyos y al río Uruguay que lo circunda y que es otro de los ambientes que integran este área protegida de 8.500 hectáreas junto con los bajos inundables y el monte xerófilo.
La temperatura desciende y el paseo se vuelve fresco. El sonido del agua que corre acompaña en el camino hasta que se hace un claro y un espejo cristalino y tranquilo devuelve una postal perfecta con playa de arenas blancas. Unos minutos más de recorrido y verá el agua pegando saltos y la selva balconeando sobre el cauce para brindar el privilegio de caminar por un lugar único.
Hay huellas de animales en el suelo y los carteles indicadores proponen adivinar a qué especies pertenecen. La mayoría de las marcas en el suelo son de carpinchos que ahora hay a montones desde que en el parque se realiza un plan de control de especies exóticas, entre ellas jabalíes y ciervos que competían por la alimentación de la fauna autóctona. Así se pueden ver corzuelas (un cérvido nativo) zorros, garzas y espátulas rosadas, además de la vizcacha que es símbolo del lugar junto con la palmera.
Si se anda con cuidado hasta se puede ver una familia de carpinchos, que va en fila y aunque sea el roedor más grande del continente, los más pequeños son un amor, y cuando se alejan de los «intrusos» sorprenden por su agilidad y velocidad.
El circuito es de mil metros que le llevará una hora al recorrerlo tranquilo y mirando donde pisa. Es un área natural y en especial los carpinchos dejan sus huellas, y otras cosas.
El paseo por el parque exige un vehículo propio, el cual se aborda de nuevo en el sitio reservado para estacionar. Verá movimiento de visitantes, porque este parque es recorrido por entrerrianos y en especial la gente de Colón y Ubajay, a 54 y 6 kilómetros, respectivamente.
La explicación la encontrará en el área de uso público. Allí, desde el camping con duchas, el restaurante donde preparan la pesca del día y un menú colmado de platos argentinos, el centro de artesanías y el de interpretación, ofrecen los servicios ideales para pasar el día y hasta quedarse a dormir si cuenta con los implementos para acampar.
El sitio tiene capacidad para albergar 200 carpas, 140 parrillas y unas 170 mesas y bancos fijos, donde además hay unas 24 duchas de agua caliente. Junto a lo que fue un casco de estancia y hoy es la Intendencia, un área parquizada hace cincuenta años, están dispuestas las mesas y bancos hechos en madera bajo un monte de árboles centenarios ideales para hacer picnic mirando al río. ¡Y se usa!
Hay que caminar apenas unos diez metros para reservar hora y guía especializado y habilitado para hacer una excursión en bicicleta o en canoa. Puede hacer las dos. Pero la travesía en canoas le brindará una visión diferente del parque, se remonta uno de los riachos que es de aguas tranquilas y es posible ver avifauna como garzas, los tradicionales carpinchos y hasta tortugas de agua en su medio natural.
El guía habilitado por Parques Nacionales en El Palmar, Jorge Díaz, brinda las instrucciones para remar y las normas de seguridad para que la excursión sea un éxito, y lo es. El sendero para bicis, también es una alternativa para todos y la suavidad del camino es ideal para disfrutar del paisaje.
Centro de Interpretación
Desde el área de servicios de El Palmar, también se puede visitar un centro de interpretación donde Luis Luggren, un joven que estudió Turismo y Conservación, y hoy coordina el área pero como nacido aquí, en Ubajay, sabe de todo lo que uno quiera consultar sobre las especies y el parque.
Hay senderos que se sumergen en la vegetación costera y unen distintos puntos de la historia de esta región como el sitio de la «Calera» donde verá el circuito de las «cañoneras», donde hubo cañones de defensa de la zona; un horno gigante donde quemaban la piedra caliza y producían cal para trabajar los cueros, y hasta restos de construcciones jesuíticas. Lo sorprendente es que al terminar el circuito se abre un camino que conduce a la playa, en el verano, hasta cuenta con guardavidas.
La importancia del área protegida reside en la protección de la palmera yatay que según la guardaparque, Lorena Loyza, los palmares «cubrían antiguamente parte del sur de Brasil, Uruguay y la Argentina, pero a medida que avanzó la barrera agropecuaria se fue reemplazando por otros ecosistemas y hoy quedan muy pocos lugares donde se cumpla el ciclo de reproducción de la especie», destacó en diálogo con La Capital.
La novedad en el parque es visitar el vivero interno donde hay un minicircuito autoguiado que recorre los ambientes que integran el área con las especies nativas de El Palmar y donde los expertos Martín Jawik y Silvina Brossard lograron reproducir 90 de las 600 especies que pueblan el Parque Nacional El Palmar. El PN El Palmar, junto con un emprendimiento vecino, La Aurora del Palmar, integra desde 2011 la Red internacional de sitios Ramsar.
El río Uruguay
El paisaje del palmar es una estrella en el corredor del río Uruguay en territorio entrerriano que además, invita a recorrer la costanera de Colón en el atardecer y disfrutar de las visitas para conocer su historia.
El Molino Forclaz, tiene una historia de un inmigrante suizo que recala en estas tierras en 1859 con su familia y construye un molino que llegó a producir 400 kilos de harina por día y para aumentar la producción decide construir un molino de viento pero no dio resultados. Pero la visita al lugar que cuenta con la casa original convertida en museo, el guía Brian Meyer, le brindará los detalles imperdibles de este sitio.
Muy cerquita, está la bodega Vulliez Sermet que lo trasladará a la campiña francesa con sus cuadros de viñedos y la finca donde el pionero Joseph Favre implantó los primeros viñedos hasta la prohibición de esta producción en 1936. Aquí, Jesús Vulliez, tataranieto de inmigrantes suizos radicados en la zona, cuenta miles de anécdotas y experiencias con la historia del vino. El espumante es un detalle imperdible del lugar que también cuenta con cabañas y piscina en medio de los viñedos. Hay que agendar que todos los días a las 11 (gratis) hay una visita guiada por la finca y la bodega y una vez por mes, conciertos de música.
Colón, cuenta con la primera cancha de golf de la provincia y el Casino en el Hotel Quirinale, pero además, es el complejo termal con 13 piletas, nueve de ellas al aire libre, y cada una con un atractivo diferente. El río, el verde, la naturaleza, las termas y la historia son el maridaje perfecto para recorrer una ciudad donde su oferta gastronómica tiene como estrella la pesca, mientras que la simpleza del atardecer sobre el río resguarda la belleza de lo simple y transmite una paz inmensa en el alma.
Datos útiles
• Para llegar desde Rosario: Por el puente Rosario-Victoria, luego RP 26; RP39 y RN 14. Son unos 320 kilómetros.
• Complejo termal Termas de Colón desde 250 pesos, hay descuentos para jubilados y menores de 10 años. www.termascolon.gov.ar
• www.vulliezsermet.com es la bodega donde además de la guía y cata dirigida de sus vinos, ofrece cabañas.
• www.parquesnacionales.gob.ar / el canon del Parques Nacional El Palmar es de 140 pesos para visitantes nacionales, 300 para extranjeros y hay descuentos para jubilados y estudiantes.
• Hay posibilidades de recorrerlo desde Colón en taxi o remís.
• Hotel Hospedaje Terrazas de Colón tiene un restaurante donde el chef Marcelo Enríquez se luce con su arte gastronómico. www.terrazasrestaurante.com.ar
• Tanto en el restaurante del PN El Palmar como en La Gran Cabaña de Antonio el tenedor libre Don Gregorio, Los platos cuestan desde 150 pesos.
• El Hotel Costarena (4 estrellas) cuesta desde 3.786 pesos.
• El Colonial Colón, hospedaje desde 780 pesos. Hay promociones 4×3. www.elcolonialcolon.com
• A una cuadra de la costanera de Colón, el Hotel y restaurante Del Puerto cuesta desde 1.539 pesos.
• www.colonturismo.tur.ar
Fuente:www.lacapital.com.ar /Por Sonia Renison – Especial para La Capital