La crisis demora reservas para el verano.Muchos esperarán hasta último momento y otros ya anticipan que no se irán; hay 50% menos operaciones que el año pasado…
La impredecible conducta del dólar y de la inflación, potenciada por la acechanza recesiva y su compañera de ruta, la inestabilidad laboral, mantienen paralizados a los argentinos a la hora de concretar sus vacaciones. El ritmo enfervorizado de los operadores turísticos resulta usual a esta altura del año con por lo menos el 50% de las reservas cerradas. Pero hoy la incertidumbre gana terreno; hay muy pocas operaciones concretadas en todos los destinos y se postergan las decisiones.
Desde una vereda más inquietante, muchos compatriotas han llevado la cautela a su máxima expresión y consideran por estas horas permanecer en sus hogares durante el receso estival. Esa es la postal que pinta una encuesta de lanacion.com entre 3200 lectores, en la que el 31,2% dijo que no elegirá ningún destino para sus vacaciones. Aducen incertidumbre, falta de recursos y desenfreno en los precios. Otros vaticinan un futuro sombrío y algunos hasta denuncian que los establecimientos no les brindan tarifas. "En el Sur no responden las consultas porque no saben qué cobrar", reveló un lector online .
Motivados, en parte, por la devaluación del real, que durante el tembladeral financiero internacional perdió un tercio de su valor frente al dólar, otro 19,7% afirmó que optará por las arenas blancas del Brasil. Mientras que el 18,7 desembarcará en la costa atlántica y otro 9,6% elegirá el exterior. El sur argentino fue elegido por el 8,5% de los encuestados y el 7,4% optó por Uruguay, que también depreció su moneda en 33%. El resto elegirá el norte y centro del país, donde la preocupación está a la orden del día. En Mendoza, por ejemplo, esperan entre el 20 y el 25% menos turistas respecto del año anterior.
"La gente no renunciará a sus vacaciones, que tienen un componente de reparación y de reencuentro familiar. Quizá se acorten las estadías y se reduzca el gasto, pero el volumen de turistas será similar al del año pasado", evaluó Hugo Santor, director nacional de promoción turística de la Secretaría de Turismo de la Nación.
Si bien reconoció que el turismo está íntimamente ligado a las expectativas y es el rubro más sensible a las crisis, Santor valoró el sondeo con una visión optimista: "Hay un 70% que sí se va. Muchos se movilizarán por sus propios medios y hasta podrán optar por destinos más económicos. No me consta que no se brinden tarifas. Si así fuera, lo atribuyo al temor por cobrar de más y quedar fuera del mercado", consideró.
El Instituto Brasileño de Turismo (Embratur) apuesta fuerte al mercado argentino, el principal emisor de visitantes a ese país, con 920.000 turistas al año y un gasto promedio de US$ 57 diarios. En las antípodas de lo que sucedió el año pasado, cuando las vacaciones en el país vecino resultaron las más costosas de la década por la fortaleza del real, para este verano esperan "entre un 20 y un 30% más de argentinos", señaló Jeanine Pires, presidenta del Embratur. Ese pronóstico es hoy pura expectativa, ya que los operadores locales consultados aseguraron que reciben muchas consultas, pero "todavía no hay concreciones".
Las preferencias de los argentinos por las playas brasileñas las encabezan la isla de Florianópolis, Camboriú, Foz de Iguazú, Bombinhas y más al Norte, Río y Buzios. Sólo los bolsillos más holgados desembarcan en destinos del Nordeste, como Recife (Pernambuco), Salvador (Bahía) y Fortaleza (Ceará).
Rehenes de la vacilación, muchos veraneantes consultados aseguraron estar expectantes ante la evolución del panorama político y económico del país. "No se puede gastar a cuenta cuando se escucha que hay cesantías, despidos y adelantos forzosos de vacaciones en muchas industrias. Debo ser prudente porque quizá esa sea mi situación en unos meses", se sinceró Marcelo Echagüe, empleado en un shopping .
En la vereda contraria, Raúl Vernier opinó: "Esta es una oportunidad dorada para visitar Europa. Habría que esperar un poco para que los precios sigan bajando. El mundo está en liquidación y los argentinos debemos disfrutar el momento".
Por Loreley Gaffoglio
De la Redacción de LA NACION