Pueblos fantasmas. Un nuevo parque nacional. Fiestas tradicionales y libres de turistas. La Región de Tarapacá tiene algunos de los rincones más desconocidos del norte. Lugares tan sorprendentes que justifican con creces la travesía que hay que hacer para conocerlos. Seleccionamos 10 de ellos…
Macaya
Fervor religioso
Este pequeño pueblo del interior de Iquique, cercano a Mamiña, es una parte en la serie de documentales que María Elena Wood dirigió sobre la reconstrucción de las iglesias del Norte Grande tras el terremoto de 2005. "Hay un país que nosotros no hemos mirado, al menos desde Santiago", dice Wood. "El terremoto terminó siendo una oportunidad para que estas comunidades se reencontraran con su identidad y para que afuerinos como nosotros pudiesen acceder a esos mundos".
Las iglesias son el centro de la vida de estos pueblos y el imán que atrae varias veces al año –durante las fiestas religiosas– a gente de todo Chile. Macaya impactó a Wood por su particular belleza y por cómo se celebra allí Semana Santa. "El Viernes Santo, grupos de penitentes vestidos con capuchas blancas sacan al Cristo de su cruz. Es un privilegio estar en una celebración como ésa, y sin ningún turista", cuenta. "En Macaya hay más figuras de santos que habitantes: son unos cincuenta, contra los 30 que viven allí. El camino desde Mamiña es uno de los lugares más sorprendentes en que he estado".
Salar De Llamara
Fósiles vivientes
Aunque aún es un sitio poco conocido, el salar de Llamara es famoso en YouTube. Allí, ecologistas, guías, empresarios turísticos y otros defensores del medio ambiente están en campaña para proteger uno de los lugares más especiales de la región, ubicado 140 kilómetros al sureste de Iquique, por la carretera Panamericana. Los datos duros dicen que es una laguna donde aún viven cianobacterias, organismos celulares prehistóricos que aparecieron hace 3.500 millones de años en los mares y que facilitaron el surgimiento de vida, al transformar el hidrógeno en oxígeno.
"La empresa minera Soquimich lleva años extrayendo el agua de la zona y la laguna está en peligro de desaparecer", dice Pedro Araya, operador de Turismo Lirima. "Sólo hay cuatro de estos lugares en el mundo. Por esto existe un proyecto para convertir este lugar en Sitio Prioritario para la Conservación de la Biodiversidad y como Sitio de Interés Turístico.
Colchane Y Ancovinto
La fronteraLa mayor gracia de Colchane, a 3.750 metros de altura, está en su entorno rodeado de montañas con picos nevados y en su localización, justo en la frontera con Bolivia. Es un pueblo con mucho más movimiento que otros vecinos, pues aquí se realiza una de las principales ferias de intercambio de productos entre las comunidades andinas.
En Colchane las noches suelen ser gélidas (hasta 15 grados bajo cero) y es fácil sentirse aislado. Si quiere romper el silencio, hay un teléfono publico que funciona hasta eso de las nueve. Lo maneja una señora a la que hay que ir a buscar hasta su casa.
Desde Colchane es imperdible conocer el bosque de cactus gigantes de Ancovinto: Camine hasta ellos y, desde allí, tómese una foto con el muy poco visitado salar de Coipasa, que está al fondo.
Isluga
Pueblo ceremonialNo es raro encontrarse con trozos de hielo en el camino hacia Isluga, en el Parque Nacional del mismo nombre. Las noches altiplánicas suelen ser muy frías y congelar los cursos de agua del sector, donde abundan bofedales, lagunas y una amplia variedad de animales. Así, para llegar a la iglesia blanca del pueblo, de 400 años de antigüedad, a veces hay que manejar con cuidado e ir resquebrajando los charcos helados que suenan como galletas de soda entre los dientes.
Isluga permanece vacío todo el año y sólo cobra vida para las fiestas religiosas. La más importante se realiza el 21 de diciembre, cuando varias comunidades se reúnen para festejar a Santo Tomás, su patrono. Cerca hay dos caseríos vecinos: Enquelga, donde están las termas homónimas, unas piscinas de piedra que miran a un bofedal lleno de llamas y alpacas, y donde jamás habrá nadie; y Aravilla, cuya laguna acoge a una gran colonia de flamencos.
Salar Del Huasco
Blanco radiante
En este salar, uno de los más hermosos del Norte, todo debe hacerse lento, pausado. Si no, la altura causa estragos. Huasco está 174 kilómetros al este de Iquique, a 4.000 metros de altura, y es una preciosa laguna donde habitan flamencos, llamas, vicuñas y zorros, y los cerros se reflejan como en un espejo.
Un paisaje excepcional que está en peligro: monitoreos geológicos e hidrológicos muestran una gran disminución del agua en los últimos años, provocada sobre todo por la extracción acuífera de las empresas mineras. Este mismo reportero estuvo aquí en 2004 y puede dar fe de que la cantidad de agua es menor. La noticia alentadora es que el salar debiera convertirse en un nuevo Parque Nacional este año.
Mientras tanto, esta semana se inauguró oficialmente el primer refugio turístico educativo en el lugar: Taypi Samañ Uta, que en aymara significa "La casa de descanso y tranquilidad que está en el centro de un lugar especial". Construido por la compañía minera Doña Inés de Collahuasi, fue traspasado a los Lucas, la única familia que vive en el lugar. Tiene habitaciones bien equipadas, capacidad para 30 personas y un anfiteatro al aire donde se realizarán eventos y ceremonias tradicionales.
Cariquima
Modelo altiplánico
Vigilado por el imponente monte Huanapa y a 3.800 metros de altura, Cariquima es uno de los pueblos mejor organizados del altiplano. Las mujeres de la comunidad tienen un pequeño taller de artesanías aymaras, donde venden tejidos para los forasteros; existe un museo y hay un par de alojamientos sencillos pero limpios como el hostal Tata Inti (cel. 09/8588 0634; hoteltatainti@yahoo.es); e incluso hay una pista para avionetas.
Salar De Surire
Altiplano profundo
En Surire manda el silencio. Lo único que se escucha es el ruido del viento altiplánico que mueve la paja brava, arbusto característico de los 4.200 metros de altura. El Salar es uno de los sitios más remotos del norte: está 587 kilómetros al noroeste de Iquique, casi en el límite con Bolivia y está cerca de las notables termas de Polloquere: una piscina natural que alcanza casi 70 grados Celsius. Por su alta concentración de azufre, no use su trajebaño favorito.
Tamentica
Petroglifos ancestrales
Tamentica está en la quebrada de Huatacondo, y el camino para llegar es un espectáculo: a 195 kilómetros de Iquique, está rodeado por cerros donde puede verse la huella de antiguos cursos de agua, hoy secos. Sus petroglifos, citando al arqueólogo chileno Lautaro Núñez, "tienen un gran contenido estético y estilístico". Diseñados entre el siglo 5 y 16, se puede ver en ellos unas sorprendentes formas humanas y de animales, además de objetos y otras figuras que cualquier viajero apresurado definiría como extraterrestre.
Datos prácticos
Sergio Cortés: es uno de los más experimentados guías de la zona y puede armar circuitos personalizados. Tel. (57) 428 483; cel. (09) 9643 6222; civetcor@vtr.net
Experiencia Overland: es un bus reacondicionado para hacer travesías largas sobre ruedas, que permite llevar, entre otras cosas, carpas, bicicletas y comida. En el verano hace recorridos por Patagonia, pero en marzo vuelve al Norte Grande. Ojo que se puede arrendar para grupos. Tel. (32) 268 88 58; www.satourviajes.cl
Ojo con…
La mejor época para recorrer el Altiplano va de marzo a noviembre; en verano hay lluvias, y los caminos pueden volverse intransitables. De todos modos, lo más aconsejable es visitar estos lugares con guía.
Destino especial
Esta zona del Altiplano en la Región de Tarapacá es uno de los nueve destinos que el Gobierno ha definido como prioridad dentro del llamado "Cluster de Turismo de Intereses Especiales", que suma al sector público y al privado para potenciar zonas turísticas. A eso se suma el Programa BID-Sernatur, con un fondo de US$40 millones, destinado a desarrollar nuevos destinos y productos en la Región.
Las nueve zonas de "intereses especiales" van desde Arica a la Patagonia Antártica.
Fuente: Suplemento Domingo Diario El Mercurio/Por Sebastián Montalva W., desde la Región de Tarapacá.