Costa Rica: Como en las Sabanas

Por sus costas del Pacífico, un recorrido a través de parques nacionales, selvas y playas con conciencia ecológica. Cualquiera diría que no, que esta tierra de planicies amarillas y aire cargado de polvo no puede pertenecer a Costa Rica. ¿Dónde están las selvas espesas, los bosques nubosos y húmedos que se supone tapizan esta parte del trópico centroamericano?…

Pero esto es Guanacaste, la región más seca de Costa Rica, una provincia del Pacífico norte donde las llanuras despojadas recuerdan a la sabana africana, y a los gauchos locales, justamente, se les dice sabaneros.

Claro que la llamada estación dorada, cuando la lluvia es prácticamente una ilusión, termina en mayo, y entonces llega el aguacero y con éste, un paisaje tan verde como irreconocible.

De todos modos, el turismo en Guanacaste es fuerte en esos meses áridos, tal vez porque el sol brilla todos los días, porque las playas son igualmente espectaculares y porque, como en todo Costa Rica, también aquí abunda la diversidad de ecosistemas y microclimas. Así, al lado de una llanura desolada se levanta una cordillera de volcanes humeantes, un manchón de bosque lluvioso o un manglar devenido santuario de aves migratorias.

Pase, vea y elija la opción que más le guste.
Parque Nacional Rincón de la Vieja

En este extraño mundo de 14.000 hectáreas y curioso nombre, las columnas de vapor brotan de la tierra con la misma facilidad que la guaria morada, especie de orquídea que también es la flor nacional de Costa Rica. Las fumarolas conviven con hoyos de barro burbujeante, lagunas de agua helada, cascadas escondidas, senderos con nombres como bosque encantado y, por supuesto, la estrella del parque, un volcán que alcanza los 1916 metros sobre el nivel del mar y que es uno de los siete activos de todo el país.

Los más entusiastas pueden subir hasta la cima del volcán, que cuenta con varios picos y cráteres (el cráter activo está cubierto por un lago caliente y ácido) y vistas insuperables de la península de Nicoya y el lago de Nicaragua. Eso sí, son cuatro horas de caminata cuesta arriba y otras tantas para bajar.
Parque Nacional Palo Verde.

Científicos de todo el mundo vienen a estudiar este rico ecosistema que combina ríos, pantanos, manglares y bosque tropical seco; que reúne 15 hábitats y que refugia nada menos que 250.000 aves migratorias, 250 especies de abejas o 109 de murciélagos.

A mano izquierda del parque fluye el río Tempisque, así que lo usual es avistar la impresionante variedad de flora y fauna desde una embarcación, en una excursión similar a la que podría hacerse en nuestros esteros del Iberá. Claro que en lugar de yacarés aquí hay cocodrilos, y muchos, por lo cual no sorprende que estos reptiles sean los primeros anfitriones del paseo. Después aparecerán los monos aulladores y capuchinos, saltando de rama en rama y mostrando sus dientes ara ahuyentar intrusos, las espátulas rosas (muy parecidas a los flamencos), las iguanas o el jabirú, una gran cigüeña en peligro de extinción.
Canopy

Hacer canopy en Costa Rica es como pasear en góndola por Venecia. Se ofrece en todos lados y es algo así como un sello distintivo del lugar. De hecho, esto de deslizarse entre las copas de los árboles a través de un cable de acero, con la ayuda de un arnés y una polea, es invento costarricense, y en un principio poco tuvo que ver con el espíritu de aventura. Parece que en los años 80, los biólogos que estudiaban la flora de altura -como helechos o bromelias- desarrollaron un sistema de transporte que les permitía volar entre los árboles, sin necesidad de subir y bajar continuamente de las plataformas. Hoy, lejos del ámbito científico, el canopy es un programa seguro y divertido para explorar los bosques autóctonos.
Tamarindo

Como suele suceder en casi todos lados, el llamado progreso llegó a este pueblito colorido que se recuesta sobre el mar. El que busca algo de noche, buenos tragos, negocios de artesanías o de tablas de surf, bancos y hasta casino, entonces está en el lugar indicado. El que busca autenticidad que se olvide: todo está en inglés, desde los menús hasta los carteles que anuncian tatoo shop, bike rental, Real Estate o surf lessons. Y aunque Costa Rica en general es un destino conocido por la afluencia de turistas estadounidenses, Tamarindo se ganó el dudoso sobrenombre de Tamagringo.
Tortugas

Amparadas en la oscuridad de la noche, las enormes tortugas baula -las más amenazadas de la especie- llegan de a una entre octubre y marzo de cada año a Playa Grande, en las costas del Pacífico norte, a depositar sus huevos. Con ese paso entre tosco y pesado se acercan a algún rincón reparado para cavar su nido en la arena, y lo hacen con sorprendente gracia y agilidad. Es tal su trance cuando depositan los huevos que difícilmente sienten la presencia de extraños (de todos modos, los grupos requieren guía y linternas con luz roja para no molestarlas). Cuando finaliza, la tortuga tapa el hueco con sus aletas y regresa lentamente al mar. El silencioso espectáculo es capaz de emocionar hasta al más insensible.
Playas

Quien sienta que ya ha visto suficientes monitos o volcanes, nada mejor que tirarse panza arriba en una de las tantas playas de Guanacaste. Las hay para todos los gustos: de arena negra o blanquísima como el talco, desoladas o dotadas de todos los servicios imaginables (restaurantes, reposeras, carpas de masajes, etcétera), kilométricas o encerradas en bahías diminutas.

Los aficionados al surf pueden practicar el deporte en Roca Bruja, dentro del Parque Nacional Santa Rosa, un quiebre que, según los entendidos, es uno de los mejores del país para sortear olas de hasta cuatro metros, con fuertes vientos de diciembre a marzo.

Para otro tipo de adrenalina, el golfo de Papagayo es conocido por su extraordinaria vida marina. Los buceadores tendrán encuentros cercanos con tiburones ballena (a no asustarse: es el más manso del mundo, tal vez porque no tiene dientes), mantas rayas, pulpos y un sinfín de peces de coral.
Parque Nacional Barra Honda

Es una rareza dentro del turismo convencional de playas o bosques. Se trata de un extenso circuito de cavernas, algunas de hasta 240 metros de profundidad, de las que sólo 19 han sido ampliamente exploradas. La más visitada -el descenso se hace por medio de una escalera de cuerdas- es la llamada caverna Terciopelo, que tiene una profundidad de 60 metros y cinco salas revestidas de estalactitas, estalagmitas, extrañas formaciones y esculturas de calcio moldeadas durante millones de años.

Por Teresa Bausili
Enviada especial

 


Datos útiles
Cómo llegar

A San José, por Copa Airlines (con escala en Panamá), a partir de US$ 1131 (con impuestos). Desde San José, Sansa (que opera avionetas Cessna Gran Caravan) tiene tres vuelos diarios a Liberia, capital de Guanacaste, por US$ 114.
Dónde dormir

JW Marriott Guanacaste Resort & Spa. Hasta el 30 de abril hay una promoción para América latina de US$ 199 (+16.39% de impuestos) que incluye habitación en base doble y desayuno tipo buffet (para categorías Deluxe Garden View y Deluxe Pool View). Informes: 0800-444-9846; www.marriott.com.ar
Excursiones

Las entradas a los parques salen entre 6 y 10 dólares. Para informes sobre precios de excursiones: www.swisstravelcr.com

Fuente:Suplemento Diario La Nacion
Fotos: CORBIS

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