Disney World: los sueños, una realidad

Disney World es el parque de diversiones más grande del mundo, donde los sueños parecen hacerse realidad. Un mundo de fantasía y magia que se vuelve increíblemente real. Esta podría ser la definición que resume lo que ocurre en Walt Disney World, un gigantesco predio de entretenimiento y recreación que sorprende a todos, chicos y grandes, por su creatividad e imaginación…

Ubicado en Lake Buena Vista, a unos 32 kilómetros de Orlando, Florida, el inmenso complejo cuenta con cuatro parques temáticos y dos acuáticos. Tiene 33 hoteles, piletas de natación con toboganes, un circo, auditorios cubiertos y al aire libre, decenas de restaurantes, bares y tiendas. Disney tiene autopistas y avenidas, transporte de colectivos propio, además de un tren que conecta los parques y transbordadores que navegan por lagos interiores.

   Las actividades se prolongan durante todo el día y, además de los juegos, se presentan coloridos desfiles de carrozas con los personajes de Disney, se montan espectáculos con fuegos artificiales y shows musicales nocturnos. Unas sesenta y dos mil personas trabajan para atender a los millones de turistas que todos los años pasan sus vacaciones aquí. Hasta el más mínimo detalle se orienta para que la expectativa del visitante que pisa el territorio de Mickey, Pluto y el Pato Donald, entre tantos otros, no sea defraudada y que lo mágico y absolutamente fuera del registro de lo cotidiano se torne real.

   Disney World abarca una superficie de unos 123 kilómetros cuadrados, dos veces la isla de Manhattan, y para recorrerlo y disfrutarlo en familia es necesario disponer de casi una semana. Hay tantas y variadas atracciones que conjugan el interés de un público infantil y también adulto. El complejo no está diseñado solamente para los más pequeños, sino también para jóvenes y grandes. Incluso, muchas atracciones están prohibidas para los chicos que no alcancen determinada edad y estatura.

   Mucha gente ha visitado Disney varias veces porque permanentemente, desde su inauguración en 1971, se incorporan nuevos juegos y diversiones. La compañía, que tiene otros centros recreativos –aunque más pequeños– en Los Angeles, Honk Kong y París, acaba de comprar en cuatro mil millones de dólares los derechos de unos cinco mil personajes de comics famosos, como el del Hombre Araña, por lo que se esperan muchas novedades en el corto plazo.

Los parques

Magic Kingdom es el parque ícono de Disney y el que más visitas recibe por año, unas 17 millones de personas, según estimaciones de fuentes del propio complejo. Se destaca por el enorme Castillo de la Cenicienta, de unos 57 metros de altura, ubicado al final del bulevar principal. Por la noche se lo ilumina completamente y sus radiantes luces se distinguen desde muy lejos. El parque está subdividido en siete territorios temáticos, como «la tierra del futuro», «la tierra de la aventura» o «la tierra de la fantasía», entre otros. Algunas de sus atracciones principales son «Los piratas del Caribe», un recorrido imaginario por las aventuras de capitanes y naves que, al margen de la ley, dominaban esos mares.

   Además, un recorrido por «La mansión embrujada», una casona llena de fantasmas que intentan asustar a los visitantes, agrega una cuota de misterio y moderado terror. Si se busca más acción y vértigo, el «Big Thunder Mountain Railroad» combina velocidad, agua y sobresaltos.

   Para los más pequeños, «Mickey Philarmagic» es una lograda y divertida representación de música instrumental muy colorida. En Magic Kingdom los desfiles y fiestas callejeras, varias veces al día, son un atractivo especial. Bailarines y los personajes más famosos de Disney cantan y bailan con la gente.

Hollywood Studios

Este ingenioso y creativo parque de atracciones es un verdadero estudio de radio y televisión y tras recorrerlo se conocerán algunos de los trucos y efectos especiales que se utilizan en las filmaciones. Con la participación del público, por ejemplo, se recrea el bombardeo japonés a Pearl Harbor y se muestra cómo la tecnología y el ingenio sirven para el cine. Lo mismo ocurre con la puesta en escena de una catástrofe en el gran Cañón del Colorado.

   Hollywood Studios tiene dos principales atracciones para los amantes de las alturas y los juegos tipo montaña rusa. «The Tower of Terror», un bamboleante ascensor de un hotel que cae en picada o «Rock and Roller Coaster», con la banda de música Aerosmith como protagonista.

   Ya más en calma y en un casi verdadero auditorio de televisión, una de las nuevas presentaciones de Disney es la perfecta recreación del programa «American Idol». Elegidos entre voluntarios de los turistas del complejo, tres participantes cantarán ante un público que con su voto elegirá al ganador. Un jurado compuesto por tres extraños personajes aportan su cuota de humor. Todo, en medio de una sala con gran sonido y luces.

Epcot

El mundo relativo a los avances tecnológicos y de la ciencia se encuentra en este parque que lleva ese nombre extraño que, en realidad, es la sigla en inglés de Experimental Prototype Community of Tomorrow (Epcot). Tiene atracciones muy interesantes, como el «Test Track», donde la gente sube a un auto que se someterá a las pruebas más rigurosas antes de salir de fábrica. Frenadas furiosas, curvas peligrosas y velocidades extremas, además de pruebas de agua y calor, van sucediendo una a otra hasta que el vehículo (con los pasajeros arriba) supera adversidades inimaginables.

   Para seguir con juegos de velocidad, «Missión Space» simula un cohete espacial que aterriza en Marte. Este juego tiene dos versiones: la vuelta completa y una reducida y más calma. Es conveniente tomar está última para no quedar viendo las estrellas.

Desde el aire

Ya más en la tierra que en el espacio y a un ritmo no tan frenético, «Soaring» reproduce un inigualable e increíble viaje en ala delta por California que parece absolutamente real. La sensación está tan bien lograda que al «volar» cerca de la copa de los árboles la gente levanta los pies para no chocarlos. En este parque, todas las noches, se presenta un espectáculo de luces sincronizadas, aguas danzantes y música en un marco de fuegos artificiales. Se llama «IlumiNations: Reflections of Earth» y vale la pena no perdérselo.

Animal Kingdom

Animales reales y creativos bichos animados se conjugan en las diversas atracciones de este parque que se divide en territorios temáticos, como Africa, DinoLnad, Asia y Discovery Island. Un safari por lo que parece una sabana africana se recorre en un vehículo especial al mando de un guía que advierte y señala el lugar de los animales, que son de carne y hueso.

   No de la misma consistencia, en «It’s tough to be a bug» (es duro ser un insecto), una proyección en 3D muestra cómo los simpáticos bichos que pueblan el planeta han resistido desde tiempos inmemoriales la persecución y el exterminio. Esta película viene con algunas sorpresas simpáticas que mejor es descubrirlas en el lugar.

   Para los que siguen con deseos de más vértigo y velocidad «Expedition Everest» no defrauda y hasta los más valientes salen de la montaña con suspiros.

   Animal Kingdom tiene una «perlita» imperdible para los más chicos: la obra musical y teatral «Finding Nemo». Es una magnífica puesta al estilo Broadway que desarrolla la historia del famoso pez de Disney. No tiene nada para envidiarle a las comedias musicales de los teatros de Nueva York, adonde se la piensa montar en un futuro.

Parques de agua

Disney World se completa con dos parques de agua, «Blizzard Beach y Typhoon Lagoon, que cuentan con cascadas, toboganes y todo tipo de atracciones acuáticas. En parte del invierno boreal están cerrados al público. El Typhoon se destaca por una gigantesca ola artificial que cada pocos minutos aparece sobre la playa para deleite de nadadores, surfistas y bañistas. Medio día de playa y juegos de agua en este sector del complejo no es mala idea.

Sueños y realidad

Esta rápida recorrida por sólo algunas de las atracciones principales de los parques denota el interés de Disney World en realzar su gran poder de fantasía e imaginación creativa en un lugar donde los sueños sí se hacen realidad.

Fuente: Jorge Levit / La Capital

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