Europa:El valle donde se inventó el turismo

La región Engadina, en el este de Suiza, se jacta de contar con la ciudad de Saint Moritz, el castillo de Tarasp y el único parque nacional del país.El río Inn se hace famoso en Austria, cuando cruza y da nombre a la ciudad tirolesa de Innsbruck…

 

Pero antes nace y abre un valle entero en Suiza: es la región de Engadina, la más oriental del país alpino y muy particular en numerosos aspectos. Por ejemplo, concentra la mayor parte de los hablantes de retorrománico, cuarto idioma oficial de Suiza, que a pesar de su origen latino resuena con ecos exóticos.

El lugar más conocido de Engadina es Saint Moritz, la ciudad alpina donde se dice que se inventó el turismo y, sobre todo, el turismo de invierno. Aquí la densidad de palacios y hoteles de lujo es una de las más altas del mundo. Charles Baudelaire, que quería precisamente lujo, calma y voluptuosidad, amaría esta ciudad pequeña, pero cosmopolita durante todo el año y con un calendario de eventos de repercusión mundial (entre ellos, el campeonato de polo sobre hielo).

Saint Moritz está en la parte alta del valle, là-haut sur la montagne, como dicen los suizos. De hecho, la alta Engadina es una de las regiones habitadas de mayor altura de toda Europa. En su parte baja es el lugar donde se encuentra el único parque nacional del país. Por ahora, ya que nuevos proyectos están en estudio.

¿Lobo, estás?
El Parque Nacional Suizo se encuentra en las proximidades de Zernez, un pueblito donde el tren va y viene con la precisión de un cronógrafo suizo, y donde los carteles de los negocios están escritos en retorrománico: pastelería se dice pastizaria, casa es chasa, castillo chastè. Partiendo del castellano, no cuesta entonces entenderlo por escrito, pero oralmente es otra historia.

Esta región protegida es la más antigua de los Alpes. Como si se hubiera querido lograr un concentrado de la cadena montañosa, reúne lo más característico de la fauna y flora alpinas: marmotas, liebres, gamuzas, ciervos, linces, un centenar de especies de aves (como el águila real) y, desde hace unos años, lobos. La especie regresó a Suiza desde Italia y Eslovenia, causando una importante polémica entre los vecinos.

También el oso está en proceso de reintroducción en los Alpes. En cuanto a la flora del parque nacional, su emblema es, por supuesto, el blanco y delicado edelweiss, la estrellita alpina que sólo florece en el clima más puro. Los 80 kilómetros de senderos señalizados son suficientes para ver aunque sea algunos edelweiss o marmotas tomando sol en las praderas de altura (para lo cual es mejor proveerse de binoculares, ya que son animales muy escurridizos). Desde hace un par de años, el parque nacional tiene un nuevo centro interpretativo en Zernez, un buen lugar para comenzar la visita o para hacer una etapa en el valle de Engiadina, como se dice en retorrománico.

La región es también el único lugar en el mundo donde comprar una doble compilación de músicos locales que hicieron versiones de los temas de los Beatles en ese idioma.

Scuol (Schuls, en alemán) es la principal ciudad de la Baja Engadina (Engiadina Bassa). Es una ciudad termal con un centro moderno y piletas cubiertas; tranquila, educada y prolija, pero donde no hay que necesitar algo luego de las 17 ya que el pueblo entero cierra a esa hora. Scuol está construida sobre el Inn y desde sus puentes hay lindas vistas sobre los techos de la ciudad.

Un poco más arriba en la montaña, los pueblitos de Ardez y Guarda forman parte del Patrimonio de la Humanidad de la Unesco, porque son los mejores guardianes de una tradición arquitectónica única: el sgraffito, una técnica de raspado del revoque de cal y yeso de las fachadas, antes de que se seque, para crear dibujos o motivos geométricos. Los prósperos campesinos empezaron a adornar las fachadas de sus imponentes granjas en el Renacimiento, con artistas que vinieron, sin duda, de la Italia vecina. El nombre de la técnica viene del italiano sgraffiare, hacer incisiones. En Guarda particularmente hay todo un movimiento de renovación de este arte, que adoptan cada vez más tanto las restauraciones de casas antiguas como las nuevas.

Digno de Disney
 
Río abajo de Scuol, en medio del valle y plantado sobre una gran roca como si fuera un castillo de Disney, el castillo de Tarasp es el otro gran atractivo de la Engadina. Esta construcción imponente habría sido destruida por el tiempo, como otras de la región, si no hubiera sido por Karl August Lingner, industrial alemán (inventor del enjuague bucal Odol), que lo compró en 1900 e invirtió su fortuna en arreglarlo y amueblarlo. Gracias a él, el castillo es hoy una clase de historia en tamaño real, que se remonta hasta el mítico año 1000, cuando fue levantado en una región entonces salvaje (se cree que el nombre de Tarasp deriva de tierra áspera, en latín).

Basándose en documentos históricos, el industrial le devolvió el aspecto que tenía en la Edad Media, y compró muebles y objetos en todo el este de Suiza para devolver a cada aposento algo de su vida pasada. No lo vio terminado, ya que murió antes de finalizar las obras, que fueron concluidas por la familia alemana von Hessen und bei Rhein. Hoy se llega al castillo desde el poblado de Sparsels, un conjunto de casas que forman una foto hermosa desde lo alto de las murallas. Faltan nada más que Heidi y Peter posando con sus cabras…

A pesar de su imponente y lúgubre silueta medieval es un castillo perfecto para princesas, con camas de baldaquinos, ventanas con vitrales, grandes comedores y un órgano de colección (¡con 2500 tubos!) para amenizar los bailes. Parte del castillo se visita con un guía, que tiene un manojo de llaves de tamaño impresionante, capaces de abrir las puertas del tiempo. La visita termina en las salas de baño, modernas para principios de siglo XX, donde naturalmente no faltan frascos de Odol y se puede ver incluso una pequeña muestra sobre la marca y su creador. Sin los cuales el castillo sería hoy una ruina embarazosa para las finanzas del cantón de los Grisones.

Fuente:Por Pierre Dumas
Para LA NACION

DATOS UTILES

Informaciones sobre Suiza en www.misuiza.com
Más datos sobre el Parque Nacional Suizo en www.nationalpark.ch
En Zernez: el Centro del Parque está abierto del 1º de junio al 31 de octubre, todos los días, de 8.30 a 18. El resto del año, de 9 a 12 y de 14 a 17 (sólo por las tardes, los domingos). La entrada cuesta CHF 7 para los adultos y 3 para los chicos de 6 a 16 años.
Más datos sobre el castillo de Tarasp en www.tarasp.ch
Para escuchar: los fanáticos encontrarán sin problemas en los negocios de St Moritz, Zernez o Scuol la doble compilación Ils Beatles per rumantsch.

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