Las miradas se posaron en la torre de la proa del Monumento a la Bandera por cuya pared descendía una supuesta jugadora de hockey sostenida por un arnés. De fondo el cielo se iluminaba con fuegos artificiales multicolores. Maravillados, quienes llenaron las escalinatas se deleitaron con un cierre perfecto de la inauguración oficial del campeonato Mundial de hockey femenino…
El show de anoche combinó luces, sonido, música y video, seguido con atención por todos los seleccionados, autoridades gubernamentales y del deporte, y miles de espectadores.
Como una obra de teatro, el encuentro se dividió en actos diferentes: los programados por la Municipalidad, a cargo de la organización, y los que improvisaron el público y las jugadoras de los diferentes planteles, en especial Las Leonas como máximas animadoras.
Es evidente que el hockey prendió fuerte en el país y el Mundial genera un magnetismo único, o en todo caso lo provoca el seleccionado argentino. Ese entusiasmo explica que tantos dieran el presente en el Monumento. Desde un rato antes el público, conformado en especial por adolescentes, entonaban cánticos destinados a Las Leonas. Y ellas no quedaban al margen de ese clima festivo y hacían la tradicional ola, acompañadas por el resto de las delegaciones. Y cuando algún plantel no se enganchaba, se escuchaba la reprobación, mitad en broma, de las chicas argentinas.
El grito de “Argentina, Argentina” se escuchó fuerte en un Monumento engalanado en los mástiles laterales con las banderas de las naciones que participarán a partir de mañana del Mundial.
El entusiasmo y la alegría animaron la previa, hasta que llegó la hora de la apertura y de los discursos. El primero en hablar fue el intendente Miguel Lifschitz para darle la bienvenida a los seleccionados y resaltar el significado de organizar un campeonato del máximo nivel.
“Hicimos un gran trabajo desde que aceptamos el desafío de organizar este evento internacional”, manifestó el intendente en referencia a todo lo que se vivió desde que la Municipalidad de Rosario se ofreció para recibir el Mundial, a partir de que el club Geba, sede escogida en un primer momento, no pudo realizarlo.
Se entiende entonces que a continuación, cuando le tocó hablar al presidente de la Confederación Argentina de Hockey, Sergio Daniel Marcellini, el dirigente agradeciera al gobierno rosarino por “trabajar codo a codo con este desafío”. Es que de esa manera se evitó lo que seguramente hubiese significado un gran papelón internacional si se perdía la sede mundialista.
Después, el gobernador Hermes Binner, quien destacó que “es una alegría y un orgullo que en poco tiempo se jugó en Rosario el Mundial Sub 20 de rugby” y que la provincia recibirá la Copa América en 2011.
El último en hablar fue el del venezolano Antonio von Ondarza, vice de la Federación Internacional de Hockey. “Soñaba con venir otra vez a Rosario”, manifestó el dirigente en referencia a la otra competencia importante de hockey que tuvo la ciudad, el Champions Trophy de 2004.
Cuando los discursos se acallaron, se dio paso al segmento artístico: baile y coreografía con palos de hockey, danzas típicas, folklore y tango, y show de boleadoras y malambo.
Las jugadoras seguían atentas el espectáculo, lo mismo que el secretario de Deporte de la Nación, Claudio Morresi, y un visitante que hizo grande el deporte argentino, el ciclista Gabriel Curuchet, oro olímpico en Beijing 2008.
En el final hubo fuegos artificiales con una joven descendiendo por la pared de la torre del Monumento con un palo de hockey. Ahora será el turno que lo usen las mundialistas.
Rosario, nunca tan mundial
Si bien Rosario recibió competencias de relevancia internacional, jamás fue sede única de un Mundial de mayores. Ese dato será anecdótico desde mañana cuando se enfrenten los mejores seleccionados de hockey femenino del planeta.
El primer antecedente es de 1978, con Rosario como subsede del Mundial de fútbol (etapa de grupos y segunda fase), en el Gigante de Arroyito.
En 1982 fue subsede del Mundial de vóley. El estadio cubierto de Newell’s fue copado por el público que siguió a la Argentina en la primera fase.
Rosario recién se convirtió en sede exclusiva de un Mundial con el campeonato de vóley de los juveniles en 1993, también jugado en Newell’s.
Esa experiencia se repitió el pasado mes de junio con el Mundial Sub 20 de rugby. Antes, la ciudad fue subsede del Mundial de básquet 1990 y del Mundial de taekwondo 1999, los Juegos Cruz del Sur de 1982, el Champions Trophy de hockey de 2004 y diferentes ediciones de la Liga Mundial de vóley. Pero si se habla de sede exclusiva de un Mundial de mayores, nunca como sucederá ahora con el hockey
Fuente:Por Rodolfo Parody / La Capital
Fotos:A. Celoria