Desde el 2 de diciembre de 2000, Córdoba integra la reserva cultural del mundo. La Unesco consagró al Camino de las Estancias y a la Manzana Jesuítica como parte del Patrimonio Cultural de la Humanidad. Es la única manzana del centro que conserva completamente las antiguas edificaciones…
“Más que importante, fue importantísimo… En el mundo hay sólo 980 sitios considerados de valor universal, y Córdoba es uno de ellos”, se entusiasma Daniel de la Torre, de la familia propietaria de la Estancia Santa Catalina y actual administrador de la misma. Y agrega: “Más aún, en todo el país hay ocho o nueve, según cómo se los cuente, y esta provincia alberga uno de ellos… Todo un dato, ¿no?” (ver Sitios de Argentina ).
Con esta reflexión, el arquitecto De la Torre celebra el 10º aniversario de la Declaratoria de Unesco (siglas en inglés de la Oficina de Naciones Unidas para Educación, Ciencia y Cultura), que se cumple mañana. El pliego que consagró al Camino de las Estancias y la Manzana Jesuítica no significó más presupuesto. En general, los distintos enclaves se mantienen por sí mismos, con aportes particulares o nacionales, y alguna partida extra de la Provincia.
Pero el hecho de figurar en los portales y guías internacionales atrajo a más de un millón de visitantes. El cálculo es sencillo de obtener: Alta Gracia y el Museo Histórico de la UNC, que concentran el mayor número de paseantes, sumaron entre 90 mil y 110 mil por año. Lo llamativo es que, aunque desciendan los visitantes propios, el número de extranjeros se mantiene, o aumenta.
Lote premiado. Habiendo tantos lugares maravillosos en el planeta, apenas un millar ha sido oficialmente consagrado por un organismo que, antes de expedirse, desmenuza los antecedentes del sitio propuesto. Y son más los rechazados que los aprobados.
Hace 10 años, Unesco le daba el visto bueno al periplo cultural y paisajístico integrado por cinco establecimientos: Museo Jesuítico de Alta Gracia; Santa Catalina (Totoral); Jesús María (también museo); Colonia Caroya y las ruinas de La Candelaria (Cruz del Eje). El lote se completa en esta Capital, con la también llamada Manzana de las Luces, entre Obispo Trejo y avenida Vélez Sársfield, Duarte Quirós y Caseros. Allí se agrupan la Compañía de Jesús (iglesia y convictorio), el Colegio Nacional de Monserrat, la Casa de Trejo (histórico asiento de la Universidad Nacional de Córdoba), la Academia Nacional de Ciencias y la Facultad de Ciencias Físicas, Químicas y Naturales (Ingeniería).
Es la única manzana impoluta del centro, sin negocios ni domicilios particulares.
Gracias a ellos. Que Córdoba ocupe un lugar de privilegio se debe, sin duda, a los jesuitas. La Orden de San Ignacio de Loyola se estableció hace 400 años en el Alto Perú y en el luego Virreinato del Río de la Plata. Su concepto del Evangelio estaba centrado en la autonomía laboral y el desarrollo social. Lo suyo no es sólo belleza o imponencia arquitectónica. Es una forma de entender el mundo y el progreso humano.
Dos de los ocho sitios señalados por Unesco en territorio argentino son parte de ese legado: las Misiones Guaraníes, en la homónima provincia litoraleña, y el Camino de las Estancias, en Córdoba.
Próximo paso. La declaratoria local se obtuvo merced al esfuerzo casi solitario de un puñado de seres, asentados en Alta Gracia. Armaron carpetas, golpearon puertas, tocaron timbres, interesaron a especialistas. Y lo lograron.
Hoy están preparados para dar el próximo paso: que el Camino de las Estancias obtenga la Declaración Retrospectiva de Valor Excepcional Universal, expedida también por Unesco. Es una certificación protocolar para aquellos bienes declarados con anterioridad a 2005. Pero también es una forma de mostrar que está todo en regla y que Córdoba y sus instituciones han hecho los deberes en el mantenimiento del patrimonio.
Fuente: www.lavoz.com.ar