Los volcanes del sur de Chile constituyen hace años un gran atractivo para los montañeses de todo el mundo. A semejanza de lo que ocurre en Argentina con el volcán Lanín, media docena de volcanes trasandinos es comercializada para las ascensiones guiadas a su cima. Un grupo de barilochenses concurrió a subir el volcán Osorno y relató su experiencia…
El volcán trasandino tiene una altura de 2.652 metros y su imponente rasgo cónico se levanta majestuoso al lado opuesto de la ciudad de Frutillar, aledaña al lago Llanquihue. Su inactividad volcánica se prolonga ya por más de un siglo y su cumbre luce el cráter cubierto de hielo y nieve.
Se ubica a casi 60 kilómetros al noreste de Puerto Varas y su altitud hace que pueda divisarse desde toda la región, incluso desde la Isla Grande de Chiloé. Con su clásico verde oscuro negruzco y adornado con brazos de nieves eternas, su presencia atrae a los miles de turistas que lo visitan cada año. Mirar su cumbre es algo que hipnotiza y hacia allá van las distintas excursiones que intentan ascenderlo.
El ascenso más tradicional a la cumbre del volcán tiene lugar desde el refugio Teskiclub, en el centro de esquí La Burbuja, hasta donde se llega en automóvil, por un camino de asfalto. El refugio dispone de todos los servicios y tiene un encargado durante todo el año. En esta oportunidad los barilochenses fueron atendidos por Cristobal Hepp y German Hitschfeld. Este último ofició de guía de montaña con Ignacio de ayudante .
Del refugio a la cumbre son 1.500 metros de desnivel, lo que demanda un ascenso de 5 o 6 horas, depende del grupo. Hay que llevar botas de montaña, crampones, piqueta, casco y estacas para la nieve. Se cruza una zona de grandes grietas, donde ya hubo accidentes fatales. Este año, dos alpinistas franceses murieron por desbarrancarse por la montaña y caer más de 40 metros en una de ellas.
Los argentinos lograron la cumbre en una jornada idílica, con cielo despejado, por lo que pudieron divisar el océano Pacífico, el cerro Puntiagudo y también el monte Tronador en el sector argentino.
José Moreno, Carlos Lebermann, Ricardo Gattas y Kike Zorzolli explicaron que el servicio en el refugio fue muy bueno y por dos noches de alojamiento, con las cenas y los desayunos abonaron sólo 60 dólares por persona. El costo de la guiada fue de 300 dolares, por todo el grupo. Valores significativamente menores a los que se cobran en el sector argentino, por actividades similares.
Fuente:www.rionegro.com.ar /(AB)