Del Primer Gobernador de la ex Gobernación de la Patagonia Argentina es bueno recordar su visión y proyección integradora, a través de uno de los escritos que nos legara:Sostenía Álvaro Barros, que “hacerse escuchar, hacerse comprender, he ahí la gran dificultad en todos los tiempos y para todos los hombres”…
Agregaba, cuando Gutenberg inventó el medio de sustituir a la vibración de la palabra, la conservación perpetua de la palabra misma, por medio de la imprenta: ese gran paso dado en servicio de la verdad, fue luego aprovechado por la mediocridad ambiciosa. Enfatizaba en sus escritos que: El charlatanismo disfrazado con la corona de la sabiduría y elevándose a su altura, con gracia y amenidad ha llevado al espíritu de los hombres a la desconfianza que nace ante dos cosas iguales en apariencia: la verdad y la impostura.
Para reconocerlas, es necesario descubrirlas. Si en ello no hay peligro, de seguro hay trabajo, y por no tenerlo, muchas veces aceptamos el veneno disolvente de las sociedades humanas que llevan en sí las falsas teorías, desechando sin examen la palabra útil de la verdad que no halaga.
Una palabra así basta para sacar a un hombre de la oscuridad cuando no lo esperaba, elevándolo a las altas regiones de una gloria que no ha soñado.
Una palabra asimismo, puede hundir a otro en el abismo del olvido o el menosprecio cuando después de trabajos y sacrificios, viene a revelar una verdad útil.
Conociendo estos peligros, con la fe que se alcanza en la justicia y en la elevación del propósito, voy a escribir según mi escasa ciencia, sobre fronteras y territorios federales. Mucho se ha escrito sobre esta importante materia: con inteligencia y verdad unas veces; con ligereza y sin verdadero
estudio otras; con propósitos políticos o mercantiles algunas, y así con brillo y erudición, se ha dado fuerza a la falsa opinión que respecto del país, de sus necesidades y ventajas existe dentro y fuera de él.
Sin ciencia ni erudición voy a escribir ayudado de los hechos históricos que son incontestables; de las exploraciones científicas que han merecido justo crédito; de las operaciones militares exactamente referidas y apreciadas por sus verdaderos resultados, y de mis estudios prácticos, hechos en distintas épocas en la frontera, como poblador avanzado, como jefe subalterno, y como jefe superior en dos distintos departamentos durante cuatro años. Como jefe de la frontera del Sud de Buenos Aires tuve siempre a mis órdenes las numerosas tribus del cacique Catriel: restablecía las buenas relaciones con Calfucurá, el célebre diplomático, venido de la Araucanía – Chile a la pampa, en 1831.
Hice el tratado de paz que existe con Reuque Curá, en 1866, y por fin estuve en constante relación con todos los indios desde la frontera hasta el Limay.
Trataré siempre de sobreponerme a las pasiones de mi época; a toda susceptibilidad nacional, local, o de partido, y así desprendido de todas aquellas afecciones, trataré de elevar mi espíritu, para poder juzgar del pasado y del porvenir de mi país, con la imparcialidad de un extraño, con la libertad de un desconocido, con la intachable ambición de ser útil a aquellos que no deben alcanzar a recompensarme. (1)
Con el fin de ser útil a mi país, haciéndolo conocer del europeo, de cuya industria y capitales necesitamos también para crecer y prosperar.
Con el fin de servir al mismo cuya industria y capitales carecen allá de espacio, de tierra, de los objetos de provechosa inversión que aquí le aguardan.
Al referir las ventajas, necesario es con verdad hacer conocer los peligros y dificultades que habrá que vencer y los medios de lograrlo.
Para ello he de confesar concienzudamente nuestros defectos y vicios, explicando su origen y consecuencias, y a la vez, sin exageración, hacer resaltar las cualidades indestructibles en que estriban las seguridades que el europeo reclama. Conociendo que el trabajo es muy superior a mis fuerzas. reclamo la indulgencia de todos aquellos lectores que pudieran hallarle algunas deficiencias.
(1) Nació Álvaro Barros el 18/3/1827 en Buenos Aires, falleciendo en la misma ciudad, el 13/01/1892. El 11/10/1878 fue designado Gobernador, cargo que asumió el 26/01/1979 hasta Julio de 1882. Trascribimos sus mensajes.
(2) Observar, la convicción integradora, y practica, que tenía este Estadista, que asumió en 1879 la búsqueda de una camino “azul y blanco”, para quienes desearían realizarse al sur de las entonces : “Provincias Unidas
el Río de la Plata”
Fuente:Por: Antonio Torrejón