Bariloche:La industria del chocolate resiste de pie frente al volcán

Las estrategias de las principales firmas para superar una crisis con fuerte impacto.Algunos abren locales o franquicias en Capital Federal, Brasil y hasta Australia…

El efecto de la erupción del complejo volcánico chileno en la economía de Bariloche fue negativo para casi todos los sectores. La industria chocolatera no fue la excepción. Aunque lejos de amedrentarse, los chocolateros barilochenses buscaron dar un paso al frente, mirando a otros mercados.

 

La comercialización del producto, de fabricación artesanal pero de escala industrial en los principales establecimientos (de 26 chocolateros que hay en la ciudad sólo tres son fabricantes de todo el proceso), está mayormente ligada al turismo, consumidor de casi toda su producción.

 

Junio, habitual temporada media, fue desde el punto de vista de los visitantes menos que la peor temporada baja de la historia. Julio marcó una incipiente recuperación. Agosto tuvo más color, y septiembre generó un movimiento cercano a una temporada baja.

 

En forma directamente proporcional cayeron las ventas de chocolate en la ciudad.

 

De esta manera, dos chocolaterías cerraron sus locales en la calle Mitre, la principal de la ciudad. La razón fundamental: ventas bajas y alquileres altos.

 

Melchor Mazzini, de Jauja, reconoció que la apuesta de tener un local en la calle principal local no prosperó. No obstante, mantiene su confitería en la calle Moreno, con variedad de helados y chocolates. La empresa es oriunda de El Bolsón, donde está la fabrica y un amplio local de ventas y confitería con restaurante.

 

«En Bariloche vendíamos el 50% de nuestra producción, pero este invierno la venta cayó más del 50%», explicó. Dijo que en El Bolsón el efecto Puyehue también se notó, pero en mucho menor medida. Allí llega mucho turismo en automóvil, desde Comodoro Rivadavia y Trelew, que se mantuvo fiel. Sí perdieron todo el turismo desde esta ciudad.

 

Jauja también tiene un local en Buenos Aires, donde sus productos tienen muy buena aceptación. En lo inmediato la familia Mazzini abrirá una sucursal en Australia, en sociedad con empresarios australianos. El local se llamará «Jauja Patagonia» y, además de los helados y chocolates, ofrecerá otros productos típicos del sur argentino.

 

El empresario explicó que tienen previstas acciones en Brasil, pero recién para el 2012. Evaluó que «el escenario económico cambió y debemos buscar otros puntos de venta, para atemperar las mermas que hay junto al Nahuel Huapi».

 

No asustarse

 

Rapa Nui, de Diego Fenoglio y sus hijos Leticia y Aldo, una familia de alcurnia chocolatera que deviene del siglo XIX, sufrió aproximadamente una caída del 50% en las ventas en todo el invierno.

 

En diálogo con «Río Negro» Aldo estimó la caída en base a la producción, que fue de 15 toneladas en junio del 2010 y de 17 toneladas en julio del mismo año, y cayó aproximadamente a la mitad.

 

Leticia precisó que la empresa crecía «un 20% por año y con el volcán se frenó todo. Julio comenzó peor inclusive que junio, pero empezó a levantar y en agosto se vio buen movimiento, incluso de brasileños, que están entre los principales compradores», precisó Leticia.

 

Rapa Nui tiene su principal boca de venta en Mitre y Villegas, una confitería en donde también fabrica repostería y helados. Junto al local abrieron «La Patisserie», en el acceso al complejo Shop Gallery, además de tener una sucursal propia en el cerro Catedral y otra en el aeropuerto, al igual que la terminal cerrada desde el mismo día de la erupción (4 de junio). Fabrican todo el chocolate en el barrio Ñireco.

 

Optaron por no asustarse frente al estallido y en cambio multiplicaron la fuerza dedicada a abrir una nueva sucursal en Buenos Aires, la primera fuera de Bariloche.

 

«Al contrario, nos apuramos. Vimos la situación que generó el volcán y decidimos meter todo para abrir allá. Si facturamos un 5 por ciento de lo que hacemos acá, estaremos contentos. Lo principal es abrir la comercialización allá», relató Leticia.

 

Diego se puso al frente del proyecto, emplazado en Arenales y Azcuénaga, en el barrio Recoleta. Prevén que antes de fin de año estarán abriendo sus puertas. Se trata de una cafetería del estilo de la sede de Mitre donde, además de la ya legendaria variedad de chocolates de Rapa Nui, ofrecerán helados.

 

«Éste es el primer local fuera de Bariloche y apuntamos a que todo salga perfecto. La clave de nuestro chocolate es que lo fabricamos acá, con los mejores insumos y procesos, y lo vendemos en el día, de manera que la logística de llevar el producto allá no puede fallar», sostuvo su hija.

 

«Parece normalizarse»

 

Un panorama similar comentó a «Río Negro» Juan Carlos Carzalo, fundador y titular de Mamuschka, otra de las grandes chocolaterías de Bariloche, cuyo prestigio va mucho más allá de las fronteras de la ciudad.

 

«Junio nos sorprendió a todos, pero pronto la situación comenzó a recuperarse, y la gente, tanto local como los turistas, se fueron adaptando. Julio mostró un poco de movimiento y agosto mejoró. Ahora septiembre parece querer normalizarse. Bariloche tiene una fuerte fidelización, nuestro producto es de excelencia, y eso nos va a ayudar», sostuvo Carzalo.

 

El chocolatero y su familia decidieron tomar las cosas con aplomo. «Habíamos abierto en Villa La Angostura, donde el tema del volcán fue aún más grave, y decidimos mantener abierto allá también. Es nuestra filosofía, tenemos un plan de desarrollo y decidimos sostenerlo, en lo posible sin cambios», explicó, confiando en que la situación «será pasajera».

 

El plan de desarrollo incluyó la apertura de una sucursal en el aeropuerto de El Calafate, proyecto que no se modificó, e inauguraron el primer fin de semana de este mes. «Fuimos muy bien recibidos allá, comenzamos a trabajar fuertemente», indicó.

 

Mamuschka tiene su local principal en Mitre y Rolando, en una esquina con el sello de la empresa: una vereda artesanal en piedra única en la ciudad. Allí tiene una cafetería y vende repostería propia, además de chocolates y bombones, «Tealosophy» de Inés Berton, y las célebres «Matrioskas» (muñecas rusas). La fábrica de chocolate está en el Ñireco.

 

Produce anualmente más de 150 toneladas (una estimación del año pasado, porque el volcán cambió las cosas ahora), de las cuales entre el 92 y el 95% es de comercialización propia.

 

El local se sumó a la primera sucursal que tuvo la firma en el cerro Catedral (fueron pioneros con el chocolate en el cerro), y la única franquicia de Mendoza. Además comercializa su chocolate en locales de delicatessen y vinotecas de Mendoza y Córdoba.

 

Y también Mamuschka le pondrá el pecho al volcán, con la apuesta de una sucursal en Buenos Aires.

 

«El 31 de octubre estaremos inaugurando nuestro local en el corazón de Recoleta, en el Recoleta Mall, que inaugurará ese día», anticipó Carzalo. Se trata de un nuevo complejo de Vicente López y Uriburu, en el edificio que era conocido como el Village (por la cadena de cines que albergaba), que demandó una inversión de 100 millones de dólares, en el que la chocolatería barilochense tendrá un amplio local de venta.

 

Diego Ferrari, de Frantom, evaluó que la baja en su comercio orilló el 35 por ciento. Tiene un local en la calle Mitre y la fábrica con visitas guiadas y vista a la producción sobre la avenida Costanera. También tiene un punto de venta en San Martín de los Andes, que también sufrió una fuerte disminución.

 

Sus puntos fuertes son el turismo estudiantil, que no tuvo bajas, el turismo familiar y en Mitre todo público. «Cuando pasan estas cosas uno debe buscar alternativas», afirmó. No obstante, dijo apostar a la ciudad y que por ahora no abrirá locales en otras ciudades.

 

Ferrari evaluó que la actual preocupación se proyecta al verano. «El invierno ya se perdió, pero hay que trabajar con miras al verano», sostuvo. En este aspecto evaluó que la región está fuera del mercado y hay pocas agencias de viajes y turismo que lo ofrecen entre sus alternativas.

 

Fuente:www.rionegro.com.ar

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