Córdoba:Una tarde en Miami, la playa serrana que se inunda de jóvenes

Es el balneario de Santa Rosa que concentra, sobre todo, a los de 15 a 30 años. Los tatuajes son infaltables. La música y varias bebidas de moda, además del mate, siempre están presentes…

Santa Rosa de Calamuchita. En las ciudades turísticas hay rincones para todos los gustos y edades. Miami, por ejemplo, en Santa Rosa de Calamuchita, es una de las playas elegidas por los más jóvenes, y allí se distinguen tendencias que no sobresalen tanto en otros balnearios de la misma localidad.

A unos 10 kilómetros del centro, si no hay auto a mano el colectivo urbano es una de las opciones de transporte elegida por los pibes, que con un boleto de 4,50 pueden viajar hasta esa playa, sobre el mismo río que atraviesa la ciudad, pero con aguas más profundas.

En esa zona conocida como Santa Mónica, varios balnearios y complejos ofrecen un río con pozos de agua tentadores. Entre los más conocidos está el complejo La Olla.

Bancos de arena, piedras altas desde donde tirarse, y sobre todo, mucha onda, completan la escena en la Miami serrana.

En la cola interminable, a la hora del regreso al centro, un muchacho sobresale con un ukelele de color azul, del que hacía salir los acordes de una canción de Israel Kamakawiwo. “Es la que más me piden”, contó Agustín Estala (25), de Buenos Aires. Desde hace un mes y medio está de vacaciones recorriendo distintas provincias, sin despegarse de su instrumento. “Hasta en el colectivo toqué, y todos hacían palmas”, contó.

“Me dedico al comercio exterior, aunque no parezca”, cuenta el muchacho. “En realidad soy baterista, pero sería más incómodo viajar con una batería”, bromeó.

Otros de los tics bien visibles entre los jóvenes, que no es nuevo pero parece cada vez más impuesto, son los tatuajes que lucen con los cuerpos. Julieta Casella (21) y Robert Bisio (33) son de Río Cuarto y vinieron a pasar un fin de semana a Calamuchita. Ambos lucen tatuajes coloridos en sus brazos. La chica muestra una flor de lilium . “Lo elegí porque me gustó nomás, es mi cuarto tatuaje”, apuntó. Su pareja, en el brazo derecho, tenía un ave fénix. “Tengo tres en total”, contó y mostró. Varios coinciden en que tatuarse es casi una adicción: después del primero enseguida se piensa en el segundo.

“Nadie está a salvo de esta locura”, exclama Agustín Lupo (27) mostrando la espalda, con un círculo celeste rodeando el escudo de Belgrano de Córdoba. Estrena su tercer tatuaje. Se lo hizo el mismo día en que su novia Romina Aguirre (24) debutó con el de una mariposa. “No me lo hacía por el costo, pero una prima nos los hizo gratis”, señaló la joven. “El próximo lo quiero en la pierna”, adelantó.

En la arena de la Miami no falta la música. Y en los grupos, el mate, el melón (muchos con un toque de vino blanco) y el fernet se multiplican. El “¿qué hacés esta noche?” es una de las frases más escuchadas.

Mientras, una enorme piedra sirve de trampolín en una olla que dibuja el río creando una pileta natural profunda y cristalina: el centro de la escena.

Fuente y Fotos: www.lavoz.com.ar

Deja una respuesta