Este viaje a Panamá, me dio una excelente oportunidad para visitar los pueblos indígenas Embera, ubicados en el medio de la selva. El estilo de vida de este pueblo permanece casi intacto, en las chozas originales y en lo profundo del Darién… (Galería de fotos exclusivas )
Quiero compartir todos los lectores de verturismo, lo que esta comunidad nos muestra: Su música, su canto, sus bailes tradicionales, sus medicinas naturales preparadas con recursos naturales como plantas y flores, o el diseño y la construcción de sus chozas, sus artesanías y exquisita gastronomía…
¡¡Para mi fue un sueño, hecho realidad!!
Por la mañana, Ernesto (chofer del mini-bus) y Gilberto el guía designado por la ATP (Autoridad Turismo Panamá) fueron a buscarnos al hotel y nos llevaron a El Corotu, a las orillas del Lago Madden. En el camino paramos sobre la ruta y compraron frutas para todos (Sandias, melones, papaya etc.) que con solo verlas se hace agua la boca…
El Lago Madden es la principal fuente de agua potable para las ciudades de Panamá y Colón, además suministra un gran porcentaje del agua requerida para la operación del Canal de Panamá. Allí, embarcamos en unas canoas típicas de los aborígenes, pero con motor fuera de borda. Navegamos el Río Chagres hasta la comunidad indígena Embera.
La travesía en bote por el río, entre medio del bosque tropical, del Parque Nacional Chagres (125.491 ha.).Fue realmente maravillosa. Este Parque Nacional de gran extensión, protege la cuenca del Canal de Panamá.
A lo largo del Río Chagres, pudimos ver, garzas azules, verdes y blancas, anhingas y cormoranes neotropicales, varias especies de martín pescador (amazónico, verde y grande o de collar) Casi rozando nuestros sombreros pasaban los tucanes pico iris y halcones pescadores.
Las aguas del río tienen un color verdoso claro y transparente. Dentro de la frondosa vegetación del bosque podíamos divisar las chozas y como mudo testigo que allí hay gente, hay atracada alguna canoas. Pocos comentarios, en el grupo de «Periodistas especializados en turismo «Las imágenes eran «muy fuertes y llenas de brillo virgen. Nos enmudecían por momentos…
Si bien es cierto que ya llevan 12 años organizando estas excursiones, se puede observar, un cuidado particular del entorno y su ecología.
Tanto el «Capitán, en popa, como el «marinero» en la proa de la canoa, (construida con madera del monte) no hablan, si uno no les pregunta algo. Con su actitud, llena de respeto por la naturaleza, hacíamos silencio tácito, para no molestar a las aves y peces.
Fuimos recibidos y atendidos como «visitantes ilustres»…pero ellos reciben a todos por igual
Una vez que lleguemos al pueblo Embera, nos recibirán con música, un grupo de hombres con varios instrumentos autóctonos, interpretaron una canción de bienvenida en su lengua natural…Hay que ser muy duro, para no sentir que la piel se eriza y la garganta se oprime…Las mujeres y niños de la tribu, también participaron de la recepción, pero como oyentes…
Subimos varios escalones «tallados en la tierra casi rojiza» (es un poquito menos colorada que la de Misiones) y allí esta el cartel que nos indica el ingreso a su comunidad…
Pudimos conocer sus costumbres y su relación con la naturaleza. Los trabajos artesanales que tienen para la venta, son de un gran valor artístico, ya que están realizadas con material del bosque y representan sus actividades y especialmente la fauna y flora de su «monte» como lo llaman ellos.
Varios de nuestros colegas pidieron ser pintados con la jagua tradicional, un tinte natural que los Embera utilizan para adornar sus cuerpos.
El almuerzo compartido con “un plato” tradicional
Una de las comidas típicas de los aborígenes, es el pescado pasado por harina con una guarnición de banas fritas, servido en un “plato” de hojas de platano. Muy rico y exótico para la vista ( la buena comida primero entre por los ojos).El postre,frutas del lugar,sandias,melones,papayas etc.
El lugar del almuerzo,es una gran choza,en sus laterales,los stand de ventas de artesanías y en el centro la pista de baile. Largos bancos de madera la circundan,para comodidad de los turistas
Para la “digestión” varias danzas
Ellos ejecutan los instrumentos y ellas bailan. Canciones que cuentan historias de vidas, y su forma de vivir. Danzas que en sus movimientos, imitan a los pájaros y animales del lugar. Toman “cuerpo” de varios y vivos colores, como los pareos y binchas de flores que lucen con delicados movimientos femeninos y sus pies descalzos marcan en la tierra, las costumbres ancestrales.
Para el cierre, ellos también se animan a las danzas en pareja e invitan a bailar a sus visitantes…
La tarde amengua el calor tropical, el sol baja la intensidad de sus rayos y una pequeña angustia nos invade, el regreso y la despedida es inexorable…Ellos nos permitieron palpar parte de su forma “casi primitiva de vivir” dónde el silencio solo lo interrumpen algún canto de los pájaros o el sonido del motor de alguna canoa. Allí donde el stress no existe y que pronto nos gustaría volver…
Es Recomendable llevar:
Cámara Fotográfica o filmadora (preferiblemente resistente al agua)
Gorra o sombrero
Protector solar
Repelente de insectos (no sentí ni vi. Mosquitos…pero no esta demás)
Ropa liviana
Traje de baño y toalla
Impermeable liviano
Calzado deportivo o sandalias y muchas ganas de disfrutar de lo natural, para lo cual hay que llevar, los ojos y la mente bien abierta y darle rienda suelta al corazón…
Le entregamos de obsequio un vinito rionegrino al Jefe
Fuente y Fotos: Julio Ramirez
Gracias a las Autoridades Turismo Panamá por la invitación