En el departamento de Jáchal, a 150 kilómetros al norte de la ciudad de San Juan, pequeños productores reciben al turismo ofreciendo la posibilidad de compartir actividades rurales cotidianas relacionadas a la producción de hortalizas y a la elaboración de artesanías, dulces y conservas caseras…
Para acceder a esa región sanjuanina, es necesario tomar la mitica ruta 40 hacia el norte, hasta ingresar en la ciudad de Jáchal, por la calle Eugenio Flores.
Jáchal significa, en lengua huarpe kakana, piedra acarreada El paisaje de la región es montañoso y está enmarcado por la precordillera andina, donde la tranquilidad reinante permite observar diversas especies de la flora y fauna nativa, como también disfrutar de cristalinos y frescos ríos y arroyos cuyas aguas drenan de nieves eternas.
El viento zonda es característico de la región y no deja por ello de ser un atractivo muy particular para los visitantes.
Las sierras, los valles verdes por el riego y las fincas campesinas invitan también a realizar caminatas y senderismo junto a guías de la comunidad.
Para conocer la historia de Jáchal, basta con recorrer el santuario San José de Jáchal, la capilla Santa Rita, el Museo Prieto, el ascenso al cerro Escudo, de baja dificultad, compartir alguna fiesta patronal o el Día de la Tradición, en noviembre.
Otro atractivo turístico es el ascenso al Mirador de la Cuesta, en una caminata de dos horas calificado de baja ficultad.
Aprender el oficio del telar o la vida del pastor de cabras, conocer antiguos molinos, ascender la Cuesta de Huaco o pasear en sulky, son actividades sociales que también se abren al turismo.
Las familias campesinas elaboran, enseñan y venden piezas artesanales como peleros, ponchos tejidos en telar, frazadas en lana de oveja y teñidos con tinturas naturales, bolsos y comestibles caseros como dulces.queso y quesillos.
Fuente: Telam