No es exagerado afirmar que el corazón de Guayaquil es ahora este malecón, transformado en uno de los argumentos turísticos más importantes de la ciudad. Hay que recorrerlo con tranquilidad, saborearlo, palparlo, vivirlo y sentirlo.
Sus más de dos kilómetros dan mucho de sí: esculturas, jardines, restaurantes, barcos, área de juegos para niños, salas de exposiciones, centro comercial, teatro IMAX…
El monumento más famoso y visitado es el conocido como «Hemiciclo de la Rotonda», erigido en memoria de un encuentro histórico acaecido en esta ciudad el 26 de julio de 1822 entre Simón Bolívar y José de San Martín.
Por cierto, son altas las posibilidades de ver atracado, mientras recorres el malecón, un gran barco velero. Es el “Guayas”, el buque escuela de la armada ecuatoriana.
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Juan A. Narro