La ciudad de Buenos Aires ofrece dos recorridos especialmente diseñados para el turismo, a través de los cuales se puede apreciar el trabajo de un grupo de artistas callejeros que logran un canal de expresión a través de graffitis, murales y pinturas que llenan de color las paredes de varios barrios porteños.Los recorridos de Arte Urbano, organizados por el Ente de Turismo porteño, se realizan por los los barrios de Barracas y Colegiales, aunque estas expresiones artísticas pueden apreciarse en paredes de Palermo, Villa Crespo, Congreso, Montserrat y La Boca…
Las expresiones artísticas son plasmadas con técnicas como grafittis, stencil, pegatinas, murales y grabados con lacas, barnices y pinturas y están protegidas por la Ley de Muralismo sancionada por la Legislatura porteña en 2009.
«Además, deben contar con la aprobación del dueño del frente donde son llevadas a cabo», explicó Fernando de Andreis, titular del Ente de Turismo de la ciudad de Buenos Aires.
El funcionario porteño destacó que «Colegiales, La Boca y Barracas son los barrios donde mejor pueden apreciarse estas expresiones de arte urbano», aunque aclaró que estas obras «también están apareciendo en otras zonas de la ciudad, sobre todo en el sur».
Las expresiones artísticas son plasmadas con técnicas como grafittis, stencil, pegatinas, murales y grabados con lacas, barnices y pinturas y están protegidas por la Ley de Muralismo sancionada por la Legislatura porteña en 2009
Las primeras expresiones artísticas de este tipo comenzaron a teñir las paredes porteñas luego de la crisis económica de 2001, cuando se convirtieron en un canal de expresión de activistas que quisieron dejar su denuncia a través del graffiti.
A ellos se sumaron artistas gráficos que comenzaron a «ganar» las paredes de la ciudad para darle color y alegría con sus obras de arte urbano.
«Esa situación de crecimiento nos llevó a crear una norma para que estas expresiones artísticas no sean invasivas y sirvan para embellecer la ciudad», señaló De Andreis.
El tamaño de las obras varía desde los grandes murales a pequeñas piezas, con muchos detalles o sólo grandes rasgos y de colores variados o en blanco y negro.
«En general, depende del lugar donde se realiza la intervención, y por eso el consenso entre los artistas y los dueños de los frentes donde se llevan acabo es fundamental», subrayó el presidente del Ente de Turismo porteño.
La técnica de graffiti sirve para dejar una marca mediante letras muy trabajadas que forman un entorno de formas y colores multifacéticos y en su desarrollo en las paredes porteñas pueden distinguirse tres etapas: el tag, la bomba y la pieza.
La técnica del tag es la más sencilla y puede realizarse en forma rápida con aerosoles o marcadores y de un solo color.
La modalidad denominada «bomba» se plasma con aerosoles y a dos colores y a través de la misma los graffiteros comienzan a desarrollar una tipografía o «marca propia».
En la técnica conocida como «pieza» ya se puede distinguir una tipografía bien definida, compleja y con varios colores, y también algunos personajes o dibujos.
En la técnica del stencil se corta un acetato similar al utilizado en las radiografías para crear una plantilla con la forma a imprimir en la pared con el aerosol.
Los dibujos, generalmente, son en un solo color y no muy grandes, un motivo por el cual esta técnica permite intervenir varias paredes en poco tiempo.
Las pegatinas son imágenes diseñadas a mano o computadora sobre papel o vinilo, en color y en blanco y negro, que el artista pega en sitios como paredes, postes de electricidad y buzones, entre otros.
Por último, las expresiones artísticas más elaboradas son los dibujos realizados con aerosol y látex, los que muestran gran creatividad, colores brillantes e imágenes únicas y fascinantes.
Las visitas guiadas para conocer el arte urbano porteño se realizan dos veces por mes, una en el circuito de Colegiales y otra en el de Barracas.
Fuente y fotos: Télam