Vacaciones de invierno:La Argentina ofrece opciones para disfrutar la naturaleza cerca de centros urbanos

La interminable gama de verdes de El Palmar y los paisajes naturales del Delta del Tigre, o las estancias bonaerenses, son algunas de las múltiples opciones de la oferta turística vinculada a las escapadas naturales.Los turistas que elijen pasar sus vacaciones en contacto con la naturaleza sin recorrer muchos kilómetros encuentran en la Argentina una gran cantidad de destinos con lugares todavía inexplorados, donde es posible disfrutar de algunas de las maravillas naturales más asombrosas del mundo…

Las cientos de islas e islotes del Delta del Tigre ofrecen la posibilidad de tener un particular encuentro con la naturaleza que bordea al río Paraná, a sólo 32 kilómetros de la Capital Federal.

Las opciones para conocer el lugar pueden ser las excursiones por los ríos, canales y arroyos que se forman cuando el río Paraná se abre antes de llegar al mar, las que pueden realizarse en catamaranes o en las lanchas colectivas que emplean los isleños en su vida cotidiana.

Los paseos permiten conocer un área de islas interconectadas por puentes y caminos, la austera casa que ocupó Domingo Faustino Sarmiento en el siglo XIX y también las de los periodistas y escritores Haroldo Conti y Rodolfo Walsh, ubicadas en el arroyo Gambado y el río Carapachay, respectivamente.

Los turistas que elijan algunas de estas opciones también pueden disfrutar de las comidas típicas ribereñas o simplemente pasear sin rumbo fijo entre sauces llorones, ceibos, alisos de río, coronillos y espinillos, flores coloridas como los claveles del aire y las barbas de viejo, y bañados con plantas acuáticas como los camalotes o los repollitos de agua.

Las especies alóctonas introducidas por el hombre, como los álamos, ciruelos, duraznos, diversas especies de cítricos, ramio, coníferas, formio, mimbre y pecán, completan el colorido paisaje natural del delta.

La colorida flora del Delta del Tigre, que se extiende sobre 14 mil kilómetros cuadrados, es una de las más grandes del mundo y se completa con una fauna donde los ciervos de los pantanos, los carpinchos, coipos, lobitos de río, gatos monteses, culebras, sapos, ranas y escuerzos son las especies más comunes.

La pesca también es una opción válida porque este lugar es un refugio de peces como el dorado, el surubí, el bagre, el patí, la tararira, la boga, el sábalo y la raya.

Las islas también son el hábitat de numerosas especies de aves, como el zorzal, el biguá, el Martín pescador, el benteveo, la calandria, el boyero y la pava de monte.

La vera del río también cuenta con atractivos para los turistas, y entre ellos sobresalen el Parque de la Costa, el Casino Trilenium, la villa de Marcos Sastre, el histórico edificio del Club del Remo -conocido como Tigre Hotel- las pérgolas de la plaza Manuel Belgrano, el Museo Naval de la Nación y el Puerto de Frutos, donde se comercializan muebles y adornos de caña y mimbre y toda la variedad de frutas locales.

Los llanos caminos de la pampa bonaerense, que se convierten en sinónimo de campos, estancias y gauchos, son otra alternativa a pocos kilómetros de los centros urbanos.

Las actividades que se desarrollan en estos lugares, como las visitas a centros tradicionalistas y a museos de la literatura y las costumbres gauchescas, y la práctica de tareas rurales, tienen a los turistas como principales protagonistas.

Como ejemplos se puede mencionar a las estancia Chica y La Candelaria, la primera un emprendimiento familiar en San Andrés de Giles y la otra en Lobos, con habitaciones que se pueden definir como suites de ensueños.

Estancia Chica, a 108 kilómetros de Capital Federal, rodeada de una frondosa arboleda,es el lugar especial para disfrutar de un día inolvidable en contacto con la naturaleza.

La Candelaria, a 115 kilómetros de la ciudad, sobre la ruta 205, tiene 10 suites clásicas, con lujoso mobiliario europeo; otras 10 de estilo campestre; la «Suite Molino», en medio del parque, para quienes buscan intimidad; y los bungalows del bosque, que son dos cabañas independientes de un ambiente.

El Parque Nacional El Palmar, ubicado a 55 kilómetros de la localidad entrerriana de Colón y a 358 de la Capital Federal, es otra alternativa para realizar una escapada para disfrutar de la naturaleza.

Las palmeras yatay trazan pintorescos senderos donde varias especies de aves acompañan a los visitantes en su recorrido hasta el río Uruguay, que se puede navegar para apreciar una variedad interminable de verdes.

Garzas, patos, chajás y ñandúes son sólo algunas de las especies que se preservan y pueden observarse en este espacio verde, donde las caminatas por los senderos regalan postales únicas al atardecer, cuando las figuras de las palmeras se oscurecen en contraste con la caída del sol.

Los senderos Mollar, Calera del Palmar, Yatay, La Glorieta, el camino al arroyo Los Loros y miradores del río Uruguay son los que más se destacan por su belleza y porque ofrecen la posibilidad de recorrerlos a caballo y en mountain bike.

Fuente y fotos: Télam

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