Visitantes de todas partes del mundo llegan con el anhelo de socializar y divertirse en un entorno seguro y alejado del negocio ilegal. Hoy los hábitos han cambiado y muchos destinos se imponen por su estilo de vidaEstá claro que a priori el desde siempre el segmento de turismo sexual ha sido relacionado como inmoral, poco ético o incluso inhumano. Pero muchas personas realizan otro tipo viajes que nada tiene que ver con eso…
Se trata de aquellas personas que viajan buscando destinos cuyos habitantes tienen unos rasgos que les resultan más atractivos, exóticos o simplemente buscan más emoción y novedad en sus experiencias.
Quizá no se trate de turismo sexual propiamente dicho, sino de una forma de viajar con la intención de conocer a gente nueva y tener la posibilidad de mantener relaciones sexuales en otros países y cumplir ciertas fantasías personales.
Obviamente, esta forma de viajar en busca del sexo estaría totalmente en contra de los aspectos ilegales e inmorales anteriormente explicados.
Hay que tener claro que el turista sexual que se ve atraído por la idiosincrasia y la vida social de un país o región tal vez no iría donde crea que abundan los negocios ilegales ya que puede interpretar que se trata de sitio inseguro.
Sin embargo, si la intención es buscar un turismo sexual ilegal, tal vez muchos investigan y optan por otras opciones.
Según algunos operadores, hay turistas que consultan por turismo sexual «legal» pues se ven estancados en su vida social y están abiertos a lograr un cambio a partir de ese viaje.
Lo cierto es que hoteles y cruceros han tomado nota y han sido pioneros en ofrecer alternativas para cumplir con esta demanda. Sin ir más lejos, ya se promociona abiertamente en Europa la línea ¨Desire Cruises¨. Ofrece una ruta sale y regresa a Venecia, pasando ocho días por Croacia y Eslovenia. El barco se conoce tiene capacidad para 700 personas y se vende con un año de antelación debido a la estricta selección de los participantes. El programa ofrece grandes experiencias sensoriales y de interacción con los pasajeros, salones de juego privados, cabañas, áreas 100% nudistas, fiestas en las piscinas y otras actividades tradicionales que como todo crucero de alta gama debe incluir.
Además de la ruta exótica y muy solicitada, el programa ofrece grandes experiencias sensoriales como interactuar con los demás, salones de juego privadas, cabañas atractivas, áreas 100% nudistas, fiestas en las piscinas, entre muchas otras actividades, tales como casino tradicional, restaurantes y otras instalaciones de alto lujo.
En cuanto a hoteles, la oferta es variada. La consigna es disfrutar, y no en cualquier lugar, sino en resorts de lujo que ofrecen todo lo necesario para que los adultos -mayores de 18 años, y en algunos casos de 21- puedan pasar sus vacaciones con la privacidad y tranquilidad necesaria, sin la presencia de menores.
Las opciones son tan variadas como la imaginación lo permite: spa y relax, playas privadas parejas, grupos, solos y solas, y toda una gama de clientes con alto poder adquisitivo y muchas ganas de pasar unas vacaciones inolvidables con tranquilidad y privacidad.
Esta segmentación del turismo de acuerdo a edades y gustos particulares surgió en Europa en las últimas décadas, y creció de manera exponencial con el surgimiento de innumerables establecimientos, la mayoría pertenecientes a cadenas internacionales.
El sector turístico español -uno de los más avanzados en la materia-, ha sabido detectar la creciente tendencia de estos hoteles al punto que de los 600 establecimientos censados que existen de este tipo a nivel mundial, 150 están ubicados en la península.
En tal sentido, las nuevas tecnologías han sido una de las herramientas utilizadas por las grandes cadenas internacionales para atraer este tipo de turismo, como la Mur Hoteles, que abrió la web ‘adults only holidays’ (vacaciones sólo para adultos), una de las más visitadas del mundo en lo que respecta a este segmento.
En el sector hotelero europeo, quienes tienen establecimientos exclusivos para adultos son las cadenas Meliá, RIU hoteles, Barceló y Occidental Hotels & Resorts, todos con características similares a sus parientes americanos, la mayoría de los cuales se sitúan en la región del Caribe.
En Cancún, México, uno de los lugares que ofrecen más que descanso y días de playa para los adultos mayores de 21 años es el Resort Temptation, que invita a los turistas a ‘atreverse y vivir la tentación’, con sus múltiples actividades, pero con estrictas normas de respeto a los clientes que si no se cumplen, invita a dejar el establecimiento sin reembolso alguno.
En la Rivera Maya, el resort y spa Desire, que se promociona como ‘Naturalmente Sensual’, es exclusivo para parejas y tiene una propuesta más osada: el uso opcional de ropa. Así, los pasajeros tienen un espacio de amplia libertad enmarcado por el encantador paisaje de aguas color turquesa y arena fina donde las fantasías pueden hacerse realidad en un ambiente de lujo y privacidad.
Habitaciones con vista al mar; una playa privada; piscina y jacuzzi; tres restaurantes e igual número de bares; un club nocturno y play room para parejas; tratamientos de spa; son algunos de los tantos servicios que ofrece este impactante lugar.
Este tipo de propuestas para adultos se puede encontrar también en la isla caribeña de Jamaica, en el resort Hedonism II, un alojamiento de lujo con dos partes diferenciadas; una para nudistas y otro para quienes, más pudorosos, si inclinan por el uso de ropa opcional.
Las aguas cristalinas del mar de las playas Negril, con sus palmeras y arenas blancas como la nieve, son el escenario perfecto para hacer kayac, vela, snorkel y buceo.
El lugar ofrece, además, canchas de tenis, gimnasio, piscina, y una variada gastronomía que comprende comidas locales, platos japoneses y manjares de la cocina italiana.
Lucha contra la prostitución
La Asociación de Transporte Aéreo Internacional (IATA) y la Organización Mundial del Turismo (OMT) han sumado esfuerzos para proteger a las mujeres y niños, mientras diversos países occidentales han aprobado leyes para castigar este comportamiento por parte de sus ciudadanos incluso cuando tiene lugar fuera de sus fronteras. Todo es papel mojado si las empresas turísticas y sus empleados no se hacen militantes de la tolerancia cero con el abuso de menores. Los empleados de los hoteles, bares, discotecas, taxis, recepciones, seguridad, todos ellos ven los delitos a diario. Tal vez, el turismo sexual con menores no está suficientemente condenado.
Hay presión para acabar con el abuso pero debe haber consensos internacionales, el turismo sexual con adultos por ahora vive en el limbo. Hay acciones que tienen éxito, pero es difícil combinar legislaciones, costumbres, desigualdades e intereses.
Autor: Julian Belinque
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